Parte II

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Al llegar a la oficina observo el reloj y me doy cuenta de que ya pasó mi hora de entrada por quince minutos. No es tanto, pero es lo suficiente para hacer molestar a mis compañeros, los cuales saben que no tienen el trato especial por parte de nuesto jefe; y que tampoco tienen idea de como conseguir ese trato especial. Soy realmente influyente y ellos lo saben. Y les molesta. Y a mi me agrada que les moleste. Asi de retorcido soy.
Nunca lograrán lo que yo he logrado, porque no tienen la habilidad especial que yo poseo.
-Buenas tardes -digo en voz alta para saludar a todos. Y para demostrarles nuevamente que yo llego tarde y que eso en realidad no importa.
- Buenas tardes - dicen algunos. Otros simplemente no saludan.
Me dirijo a mi puesto de trabajo, el cual es solo una mesa rectangular alargada al lado de otras mesas de igual forma. Solo tenemos unas pequeñas divisiones que separan a un trabajador de otro. Es bastante molesto tener a tus compañeros tan cerca, pero no se puede hacer nada al respecto, ya que el Sr. Martin, que es nuestro jefe, no quiere moverme a ninguna oficina para mi solo, ya que eso seria exagerar un poco el trato especial que me da; y los demas pudieran empezar a sospechar. Eso a mi en realidad no me importa, pero he aprendido a tener que vivir de engaños.
- ¡Lobo! - oigo que me llaman y cuando volteo veo que el Sr. Martin viene caminando a mi puesto de trabajo con ese andar de superioridad. Pobre, siempre quiso imponerse delante de mi pero no pudo lograrlo.
- Diga jefe - Y al decir esto me levanto y coloco mis manos en los bolsillos de mi pantalón. Me obligué a mi mismo el tener que llamarlo jefe; creo que eso lo hace sentir mejor. Aunque ambos tenemos bien claro quien es el que manda.
- Hoy es lunes así que hoy llegan los pasantes. Espero que no te moleste que te haya asignado a uno; pero considero que de tí podrían aprender bastante - Dice con una sonrisa de medio lado; con un toque de maldad.
- Me parece bien -respondo- lo único es que hubiera preferido que me avisara con anterioridad para estar preparado.
Entorno los ojos para que Él se de cuenta de que no me ha gustado su actitud con respecto a esto.
El Sr. Martín es un hombre relativamente joven, tiene 37 años y es ya el dueño y señor de este gran bufete donde trabajamos. Es alto y fornido, debido a que se ejercita frecuentemente y a que quiere mantenerse atado al estereotipo de hombre de negocios estilo Cristian Grey. Tiene la piel blanca como la leche y es muy pulcro en su manera de vestir. Siempre de traje, saco y corbata. Y sin barba, por supuesto. Es un poco maniático y controlador pero parece que hay ciertas mujeres que eso puede llegarles a parecer atractivo.
- Son cinco pasantes en total -dice y coloca su mano en el respaldo de la silla - voy a necesitar que tú, Ernesto, Alfredo, Francisco y César me acompañen a la sala de conferencias- nos cuenta con los dedos de su mano libre - Así que nos vemos en mi oficina a las 2:00 p.m.
Se aleja de mi puesto de trabajo y se acerca a los demás que  ha asignado para decirles la misma información que me ha dicho.
Me siento y coloco los codos en la mesa, juntando las manos para apoyar mi barbilla en ellas. No puedo creer que me haya asignado a un pasante; no soporto a esos chicos que creen que se las saben todas solo porque aprobaron unas cuantas materias en la universidad. La vida es la que da la verdadera experiencia. No los pizarrones.
Claro que no los menosprecio; yo también fui a la universidad, y hace ya casi siete años que me gradué; pero no fue allí donde aprendí todo lo que sé.
Me paso la mano por el cabello para despejarme las ideas. Ordeno un poco mi escritorio, acomodo unas carpetas y tiro a la papelera lo que no necesito. Abro mi correo de la compañía en la computadora, examino un poco los nuevos correos que tengo y veo que la Sra. Lever me ha escrito otra vez. ¡Qué problema! Es una señora muy fastidiosa, que lo que desea es seguirle amargando la vida a su ex esposo, aún después de casi un año de su separación legal.
Decido levantarme; no puedo seguir alli con esa actitud de afligido. Me dirijo a la oficina sala de conferencias; con la esperanza de que mi nuevo pasante le dé un poco de emoción a este dia.

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⏰ Última actualización: Jul 26, 2015 ⏰

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