La perversa y deschavetada Bertha de la cruz

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Bertha de la cruz era una mujer extravagante, mandaba hacer cenas para veinte en donde solo asistía ella, su loro llamado Jeova y su chimpancé Yiyi. Bertha era además demasiado vanidosa, si a mitad de la cena se manchaba un poquitín, subía, tiraba su vestido manchado a la basura y se volvía a alistar con un atuendo diferente para regresar a un banquete medio helado, tenía además aficiones peculiares como montar en jabalí, poner enormes rocas a mitad de las vías ferreas para al día siguiente ir a inspecciónar en busca de un siniestro y su favorita, torturar jovencitas en el sótano de la mansión.

El sotano olía a putrefacción y muerte, las paredes eran rojas, más teñidas de sangre que de herrumbre, Camila había conseguido convencer al chimpancé de Bertha que le pasará las llaves que abrían la jaula en la que estaba encerrada, había introducido ya la llave correcta cuando escucho pasos de alguien que bajaba, rápido Camila las ocultó, Bertha bajo luciendo un vestido azul y un moño naranja, traía un recipiente tubular contenia un mechero, una maraña de papeles y un ratoncillo con los ojitos brillantes.
-¡Tra la, ra, la, ra, la ra, la ra la, lara lam, pam pam! ¡Camila! No vas a creer lo que sucedió, ¡ahora me desperté científica! como de costumbre le gane al sol, le di un puntapié a Yiyi y luego me prepare mi bebida ocho cucharadas de cafe más dos de sal, las dos criadas tuvieron que socorrerme en mi silla y cuando estaba casi convulsiónada, mientras una me echaba aire y la otra me acercaba agua tuve la revelación, me pregunté que haría un ratón si lo asustara con lumbre y su única salida fuera el culo de una joven ¿Tu que crees eh? No lo sabremos hasta que lo averigüemos. La conducta de los animales es un enigma fascinante...
Bertha seguía balbuceando cosas incoherentes mientras organizaba todo en una mesa, hacia ademanes y luego apuntes en una libretita.
-No eres científica -Dijo Cami, sonaba muy nerviosa.
-¡¿Acaso acabas de rebuznar?! Maldita sin vergüenza -bramó Bertha con una mueca que le medio desfiguraba el rostro.
-uhh... Si, porque... porque, los científicos, no, eh, ellos no trabajan sin bata ¿Verdad? eso no seria muy profesional de su parte.
-¡Mira estúpida! ¡Eh! A mí no me... yo -El cerebro de Bertha parecía estar haciendo cortocircuito-. yo soy una profesional, solo estaba ordenando el material ¿Lo ves? Después iba a ponerme mi bata, la que tengo arriba propiamente en el cajón de las batas, ya vengo.
Bertha subió endemoniadame rápido, maldiciendo en voz baja la impertinencia de alguna gente, Cami escucho como le decía a una criada que iba a bajar al pueblo de manera urgente a comprar algo, luego escucho la puerta cerrarse, tras pasar unos segundos Camila volvió a sacar las llaves y nuevamente empezó a probar.

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