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Llegaron a la casa de Choi en poco tiempo.

‐ Aquí tienes.- Hwang le entregó el ticket y una de las bolsas, esperando a recibir el dinero que Yeonjun le entregó rápidamente.

-¿Queréis pasar?- preguntó el mayor, dejando ver la gran fiesta que había
dentro.

Felix miró a Hyunjin, asustado por tanta
explosión del color odioso. Hwang miraba la fiesta con una sonrisa, pero acabó rechazando la oferta por varias razones.

‐ Tengo cosas que hacer.

El pelinaranja asintió, entrando de nuevo a la fiesta después de despedirse de ambos chicos.

‐ ¿Seguro que no quieres entrar?- preguntó Felix balanceándose nuevamente en su sitio como anteriormente.

Hwang negó, enternecido por el menor. Tomó su mano y empezó a correr arrastrando al menor con él, que lo seguía a duras penas demasiado confundido por el repentino acto del mayor y sus manos unidas.

Llegaron a una parada de autobús y
subieron antes de que el vehículo se
pusiera en marcha, con la respiración
agitada.

- ¿Qué...?

‐ Íbamos a perder el bus.- cortó, mirando la hora. Habían llegado justo a tiempo.- Pasa cada veinte minutos, y quedaba un minuto.

-¿Y para qué nos lo hemos cogido?-
preguntó Felix, aún confundido,
mientras caminaban para sentarse en
unos asientos vacíos.

‐ Para no llegar tarde.- Cada vez que iba a la universidad tomaba aquel bus al salir, por lo que repetía esa misma rutina una y otra vez.

- ¿A dónde?

- A... Oh.- Hwang, al estar algo despistado, había cogido el bus por cogerlo.- Soy idiota.

- Lo eres.- afirmó el menor, riendo por
lo ocurrido. No entendía muy bien qué hacían ahí, pero sería estúpido bajarse ahora.‐ ¿Por dónde pasa esto?

‐ Por casi toda la ciudad.- contestó,
mirando por la ventana. Al menos al
montar en el bus se habían salvado de la lluvia que había empezado a caer.

‐ Podríamos hacer una ruta por toda
la ciudad.- propuso, acomodándose en
su sitio. Hwang se encogió de hombros,
asintiendo.

Ambos miraban por la ventana mientras hablaban de cualquier cosa, conociéndose.

Las horas pasaron, y ninguno se dió
cuenta de que tenían que bajarse ya en la última parada del bus si no fuera por que el conductor les avisó. Bajaron y comenzaron a caminar por la desconocida calle.

‐ ¿Hemos pasado dos horas ahí dentro?-
preguntó el menor, riéndose. Hwang le
observaba, maravillado con su sonrisa.

- Sí.- dijo, apretando sus manos aún
unidas. Ninguno había dado el paso para apartarlas, porque los dos creían que así estaban bien.

Al final caminaron hasta bien entrada la
noche. Hubieran seguido así, si no fuera
porque el menor tuvo que despedirse
diciendo que ya debía volver a casa para que su madre no se preocupara.

Al final habían pasado un muy buen día.

Créditos: lknowxhj

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El Rosa Es De Chicas - HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora