Pearl | Toji x Oc | Omegaverse

Toji

Toji dejó los troncos partidos de leña junto a la pared exterior de la casa. Se llevó el dorso de su mano limpiando su frente mientras miraba a Azami regar el pequeño huerto que habían hecho.

Habían pasado dos meses desde que llegaron al pueblo y su vida era tranquila . Se habían adaptado muy bien y poco a poco estaban más y más cómodos en el lugar.

- ¡Maestra Fushiguro! ¡Maestra Fushiguro! - gritaron niños al final del camino empedrado que llevaba a la casa de Azami y Toji-

La chica levantó su cabeza para ver a dos niñas Omega junto a su madre.

- ¡Le trajimos un pastel! - gritó una de las niñas. De cabellos castaños y lacios-

Azami les sonrió y caminó hasta encontrarlos bajo la mirada de Toji.

Eran dos omegas a las que les daba clases .

- Akari, Yume- saludó Azami a las niñas acariciando sus cabezas. Las dos niñas de unos seis años le sonrieron- Señora Satoshi - saludó s la madre de las pequeñas-

- Hola , señorita Fushiguro. Horneamos este pastel para usted y su alfa - le dijo la amable mujer-

Azami se sonrojó ante la mención de Toji como "su alfa" pero con una sonrisa recibió el postre. Una linda tarta de chocolate que olía delicioso.

- Gracias, se ve delicioso - les dice con una pequeña sonrisa-

- Oh no hay de que - le dice la mujer- A sido un gusto que le dé clases a los omegas. Sin duda el pueblo lo necesitaba.

Azami sonríe desde el fondo de su corazón. Encontraron aquí un hogar, un lugar en donde podían vivir de forma plena. Y saber que los demás también los aceptaban era un gesto tranquilizador.

- Disfrutó mucho mi trabajo, gracias por confiarme a sus cachorros - dice la joven -

- Oh, oh seguro que pronto tendrá los propios - dijó la mujer con un movimiento de su mano

Azami se sonrojo pero no replicó nada. Las niñas y su madre se despidieron y Azami regresó por el caminito hacia su casa.

Aquí, estaban tan lejos de todo y todos que no había problema en decir sus nombres. Estaban a salvo, estaban seguros del mundo del cual huyeron.

- Mira lo que nos hornearon- le dijo Azami a Toji-

- A sido un buen gesto, en recompensa a tu trabajo- le dice Toji- Eres, muy buena con los niños.

- Me gustan mucho- dice ella con sinceridad- Y es agradable saber que les soy de ayuda.

La realidad es que cada que Toji la veía rodeada de pequeños cachorros algo dentro de él prendía un interruptor.

Jamás le paso con nadie y jamás quizo hijos. Pero con ella, su parte de alfa salía a relucir y casi podía oír a su instinto decirle " Nuestra Omega es perfecta, será una buena madre , quiero embarazarla".

Estaban en este pueblo en donde harían su vida, tranquilos y en paz. Quizá eso también influía a que se sintiera así al saber que su Omega estaba segura.

Que aquí podían empezar una familia y vivir de forma plena.

Esa tarde comieron el pastel en su porche mientras disfrutaban de la tarde cálida.

Y nunca, la vida se había sentido así de bien.

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Empezó como algo pequeño, pequeños indicios que en un inicio no les prestó atención.

Primero fue querer estar más cerca de Azami, tenerla a distancia de su mano con más frecuencia, luego dejar su olor sobre ella marcándola como suya y lo último fue el soltar un gruñido cuando la chica le mencionó algo sobre el chico del vivero del pueblo.