Capitulo 8: Rematar pasión

183 9 13
                                    

Frank obsevaba expectante, sus ojos dentro de la máscara eran de sorpresa y celos, su sonrisa se desvaneció por completo dando un rostro marchitado por la escena, era un reflejo de tristeza e ira, tanto que su sangre mortal hirvio.

El chico estaba escondido detrás de unos árboles altos que tenían una suma oscuridad en los rincones, apenas se distinguía su máscara sonriente, podria ser que Ghostface notará su presencia con solo escuchar su respiración como solía hacer pero No... El hombre seguía hablando concentradamente con la mujer ¿Qué era lo que mantenía ahí? ¿Quién podría ser? ¡Cualquiera! pero era la nueva de los asesinos, justamente la que había llegado, eso lo hizo dudar demasiado.

'La comerciante de calaberas' ese era su apodo otorgado por el mismo Ente, el nombre le quedaba muy alto para alguien que parecía una fragil dama o talvez ni siquiera lo era... Ella era un monstruo al final como los demás.

Frank ni la legión estuvo cuando ella llego aunque les hayan avisado, ni siquiera cuando los demás asesinos querían tocar el tema sobre su imagen, ellos hacían caso omiso o ignoraban aquellas palabras al aire. Se dieron cuenta casi dos semana después...

Y ahora es que la ve en acción junto a un tímido Danny, quien era él que estaba en el podrido corazón del líder de la legión, aquella interacción podría ser la misma que cuando Dan se acercó a él en su llegada al reino, un momento dulce, extraño y nuevo para el menor, en esos tiempos que aunque no pudiera ver el rostro de Ghostface o tan solo su historia detrás, el misterio y su humor envolvían al muchacho aunque luego su odio estuviera presente, más temprano que tarde su corazón se enternecio al paso del tiempo... Quizás cayo en una afasible trampa.

Talvez y aquel día en que ella arribó al reino del Ente, el hombre fue de inmediato a dar sus cordiales saludos pero en cambio quedó totalmente a la disposición de la bella dama.

Frank veía en esa mujer: rasgos muy finos y un cuerpo muy seductor, en la mente de Morrison pudo adivinar con facilidad que ella sería la debilidad de muchos hombres sobre todo mortales eso incluía a Johnson en su totalidad, a pesar de ser una asesina, aquella apariencia la ayudaría a que cayeran en sus sangrientas manos.

La manera en que hablaba era tan fluido, su voz suave y con un toque de formalidad pero enloquecedor, parecía ganarle por el doble, si tuviera que compararse con esa fémina, él habría desaparecido incluso cuando ella puso un pie en el castillo del Ente.

Muchas cosas podrían hacerlo caer muy bajo contra ella pero no le importaba si ella se ganaba su corona, ya no, ni siquiera si era un buen asesino o alguien único, nada por el estilo, lo único que le importaba a Frank era la atención que recibía del desgraciado a su lado.

Johnson estaba usando su máscara por lo cual Morrison no podía verle directamente, en su mente pensó que era un punto menos pues aún seguía ocultando su rostro con recelo pero ya lo demás lo hizo dudar de sus pensamientos. La postura fornida de Dan era firme y confiada, reflejaba en su cuerpo lo bien que podría controlar el ambiente, su manera de mover las manos con inspiración o su forma de mirar a la mujer a través de su máscara, y más aún su voz era lo que lo delataba, eso hizo que el mismo Frank se le cayera su seguridad.

-¿Qué estás haciendo?... Danny... No entiendo nada -Su voz sonaba sombría y susurrante-. Por qué tú...

A diferencia de los anteriores días o semanas, el ex periodista se había comportado de una forma fría y distante con él, también su voz era sombría tratandolo como si él joven asesino fuera un superviviente casi haciendo que él mismo se subestime, era como si no quisiera hablar con nadie pero eso era normal pues Danny normalmente le gustaba estar en sus propios asuntos que pasar tiempo con los demás, lo que rompía su normal comportamiento fue con Frank, verlo alejarse de él por una mujer... Iba a ser todo un quilombo.

Cuchillo de lazos (GhostFace/ Frank (The Legion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora