↬ on live! in love! . ✦. ⋆ | jaywon

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Ese par de días fueron totalmente extraños, casi surrealistas. Las personas que siguen a Jay desde hace tiempo fueron las más sorprendidas por su reacción, quedaron perplejos, pues no era de esos. Sus enojos solían limitarse a cuando jugaba e iba perdiendo, casi lo normal, siempre en broma. Sin embargo, esa "explosión" no se parecía a nada visto antes en sus transmisiones, y sabían que era en serio porque apagó stream al poco tiempo.

Para él, también todo se sentía así. Extraño. Algo le estaba ocurriendo. Cada risa, cada palabra pronunciada frente a la cámara, parecía resonar en su mente. ¿Había herido a quienes lo apoyaban de manera inintencionada? Posiblemente, pero quiénes son ellos para exigirle que sentir o no.

Jungwon en ese momento, había salido por las calles cerca de su nueva casa a que el viento lo despeinase, pero incluso cuando llegó de su corto paseo, no se dijeron nada. Su silencio persistía y casi no habían vuelto a hablar, creando solo más preguntas que no llegaban a ningún lugar.

Era claro que por su parte, Jungwon no iba a admitir que gustaba de Jay, era su secreto bajo llave. Tenía razones lo suficientemente válidas para que su nerviosismo e incomodidad sigan ahí, para que nadie note que se empezaba a tocar las manos y lamerse los labios cuando le dirigía la palabra. Quería hablar, quería abrir su corazón, pero algo en él se resistía.

Pero, después de un tiempo de reflexión, en el que había pasado por las famosas cinco etapas del duelo, pero en su versión personal; que para Jay serían las etapas de aceptar sus sentimientos, todo quedó más que claro. El chico que alguna vez hizo cosas tontas, que se sentía pequeño ante sus problemas y no veía una solución, se esfumó. En su lugar, un Jay social y que toma la iniciativa, había vuelto.

A partir de ahí, comenzó descaradamente a decir que su amigo si le gustaba, con la complicidad de sus gestos; en cada oportunidad que tenía, en cada acción o favor que le pudiera regalar. Al mismo tiempo, en ese momento se alejó un poco de las transmisiones, y confiaba en que le entenderían, ya resolvería todo cuando regrese, aunque especulasen sobre quién le robó su corazón.

Tampoco se haría el más conquistador, que no tiene miedo a nada. De hecho, cada vez que le dedicaba una indirecta o un cumplido, se lo pensaba dos veces. ¿No será mucho? ¿Y si lo hago sentir mal? Estas preguntas, típicas en la mente de alguien que teme arruinar una buena amistad, resonaban como un eco constante. Pero el que no arriesga, no gana. Aunque parecía no haber avance, las cosas sucedían cuando debían ser.

Una tarde de viernes con tonos naranjas y morados; se sentaron todos los miembros de esa casa a ver películas. Acompañando su maratón con snacks, bebidas y vino para el mayor. Parecía que Jay se tomaba una copa por cada escena cliché, o es la explicación que trataban de darle a la rápida ebriedad de este. ¿Mala copa? Es poco. Parecía teatral. Porque se puso a balbucear cosas que solo él entendía.

— Ni si quiera es tan tarde hermano... Te voy a echar agua si te comportas así.

— No no no, no te metas eh, esto es entre esta preciosura y... y yo, jajaja~

Jungwon solo le lanzó una mirada pidiendo ayuda a Sunghoon, porque no sabía como responderle en estado normal, y mucho menos estando borracho.

— Voy por el agua.

En verdad, no quería tratar con Jay en ese estado. Por eso fue a su cuarto a prepararlo para mandarlo a dormir  y que no moleste a nadie.

— ¿Sabes cuál es mi problema?

— Eh... Que el alcohol te choca rápido?...

— Eres todo un comediante —  Decía mientras se acercaba —  Me encantas~

— ¿E-Está bien?

— Pero ese es el problema, yo te hablo y te hablo, me acerco a ti, quiero estar contigo, pero tú, tú ni al caso —  Con cada movimiento, el nerviosismo del contrario se incrementaba.

— Es que- yo, bueno, tú-

Y antes de terminar de decir algo con cero sentido, aquel chico se abalanzó involuntariamente, con la gravedad en contra y producto de su poca estabilidad para mantenerse en pie. Jungwon, para evitar un accidente y que su simpático amigo se lastime, lo acomodó con suavidad sobre su regazo y el resto del sillón, mientras le acariciaba su pelo, no prestaba atención a una sonrisa tímida que apareció poco a poco en su rostro.

— ¿Qué voy a hacer contigo?

Sintiendo tranquilidad y alivio al sentir sus respiraciones sincronizadas.

— Sabía que se iba a dormir. No aguanta nada.

— ¿Te ayudo a cargarlo?

— Si por favor, luego luego se pone todo tieso.

Totalmente inesperado.