Después de dejar todas sus pertenencias en los baúles de su hogar y estirarse para aliviar la tensión de su agotador día, Jaiden sintió la enorme necesidad de irse a dormir, su cuerpo le exigía el descanso. Sin embargo, antes de entregarse a un bien merecido descanso, sabía que era tenía que cumplir con una pequeña rutina nocturna de cuidado de la piel.
Tras haber arreglado su cabello en una coleta que dejaba su frente despejada, Jaiden se encaminó hacia su baño, donde guardaba una colección de productos para el cuidado de la piel que Roier le había obsequiado recientemente. Esto ocurrió después de que ella comentara algo referente a mejorar su rutina de skincare con él.
Con cuidado y a un ritmo lento, pero seguro, Jaiden comenzó a seguir cada paso recomendado, utilizando cada producto que su amigo había seleccionado especialmente para ella. La limpieza, la hidratación y el mimo que brindó a su piel antes de acostarse eran una muy buena manera de relajar sus músculos ya tensos antes de ir a dormir.
Después de su relajante rutina de cuidado nocturno, Jaiden se cambió a su pijama compuesto por pantalones y una suave blusa en tonos violeta pastel, preparándose para una noche de sueño reparador. Sintiéndose cómoda y lista para descansar, apagó las luces, se deslizó bajo las cálidas cobijas y soltó un suspiro de satisfacción al sentir la comodidad de su cama.
Estaba a punto de dejarse llevar por los brazos de Morfeo cuando un sonido la sacó de su sueño profundo. El sonido provenía de su comunicador, que había dejado en la mesa de noche a su lado.
— ¿Ahora qué? — se preguntó Jaiden mientras se sentaba en la cama.
Estiró la mano para encender la lámpara y agarró el comunicador para leer el mensaje que la había despertado, el cual resultó ser de Roier, unos mensajes que lucían desesperados.
~¡JAIDEN!
~Necesito tu ayuda
~Es una emergencia
~Ven al castelo
~¡Es urgente!
~¡Jaiden!
~JAIDEEEEEEEEEEEEEEENRápidamente, Jaiden respondió a Roier, asegurándole que estaba en camino y que llegaría lo más pronto posible. Se apresuró a ponerse zapatos y un abrigo para soportar el frío otoñal de la noche, colocó el comunicador en su muñeca derecha, tomó su mochila con su inventario en caso de una emergencia fuerte y utilizó su waystone para teletransportarse al castillo, apareciendo en las afueras del imponente castillo del matrimonio.
Mientras se dirigía hacia la puerta del castillo, leyó un nuevo mensaje de Roier que indicaba que subiera a la habitación en cuanto llegara. Escuchó la puerta de entrada cerrarse detrás de ella y comenzó a caminar rápidamente por los pasillos en busca de las escaleras principales que la conducirían a la habitación de Cellbit y Roier.
Mientras iba subiendo las escaleras y a cada escalón más cercano de la habitación lograba oír las voces de Roier y Cellbit que por el volumen y la intensidad se oía como una leve discusión.
¿Roier la habría llamado por una discusión marital?
— ¿Roier?— Habló en voz alta, anunciando su llegada cuando subió hasta la entrada del cuarto— Más vale que sea algo serio porque...—
Sin embargo, su voz se extinguió abruptamente cuando entró en la habitación. Jaiden se quedó completamente inmóvil, parpadeando repetidamente y frotándose los ojos para asegurarse de que la escena que tenía frente a ella era real y no una creación de su cansada imaginación.
Abrió su boca queriendo hablar, pero las palabras simplemente no salían de sus labios, su cerebro se había desconectado de su boca ante tal escena.
— Hola, Jaiden— Roier sonrió nerviosamente.
En la cama, estaban Roier y Cellbit, el primero estaba vistiendo su recién adquirido uniforme de policía, solo que la camisa abierta a la mitad, sin su gorro y estaba de rodillas en la cama entre las piernas de Cellbit mientras que Cellbit estaba con su ropa de civil... Con la mitad inferior de su ropa de civil, usando el gorro de policía de Roier y estaba recostado en la cama, debajo de Roier.
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Oops
HumorJaiden recibe un mensaje a media noche, un mensaje donde Roier le pedía ayuda urgente para que fuera directamente al castillo. Lo que ella no esperaba ver era irrumpir en una fallida noche romántica de la pareja casada.