epílogo

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Hola Rafael.

Mi vida a cambiado durante todos estos años, ya puedo decir que soy feliz. Mis tíos y mi mamá han hecho todo tu trabajo, no debes preocuparte por mi si eso quieres, no me importa en lo absoluto.

Quiero publicar estas cartas, para que padres como tú se den cuenta del daño que hacen al abandonar a sus hijos.

Muy pocas veces he dicho papá en toda mi vida. No esta en mi vocabulario en realidad.

Y no la necesito soy feliz con lo que tengo y con eso me basta.

Creí no ser suficiente para ti cuando en realidad tu no eras suficiente para mi.

Me has perdido para siempre.

No fuiste el mejor papá del mundo para mi y nunca lo seras de eso estoy segura.

Ya no necesito de tu atención, he crecido, pronto iré a la universidad, lejos de ti y lejos de mi pasado.

Estudiaré idiomas y literatura porque amo esas carreras.

Y lo lograré.

Y te darás cuenta de la hija que has perdido.

Ya lo veras Rafael es una promesa.

Y yo si cumplo mis promesas.

Para El Padre Que Nunca Me Amó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora