Besos tardíos

106 13 0
                                    


-¿Por qué estas besando a ese chico? -La inocente voz del chiquillo que conocía a la perfección resonó a un lado de él. Saga miró sorprendido a su derecha para encontrarse con un par de ojos verdes mirándolo con mucha curiosidad, se quedó pasmado más por saberse descubierto por el pequeño Mu que por la pregunta en sí, sobre todo, temiendo que sus actividades de casanova puedan llegar a los oídos de Shion.

-¿Mu, no deberías estar estudiando? -preguntó con el ceño fruncido mientras se giraba caminando nervioso hacia una vieja muralla destruida apoyando la espalda, molesto consigo mismo por haber sido tan descuidado, permitiendo así que el intrépido y curioso aspirante a la armadura de aries, quien ha aprendido rápidamente a tele transportarse por el santuario, lo haya atrapado infraganti en unas de sus cuantas travesuras adolescente.

-Estoy descansando. -responde con su voz blanca, siguiéndolo, dando pequeños saltos hacia donde se encontraba Saga, este cruzó los brazos dándole una mirada severa, pensando en que debía enseñarle al pequeño mocoso a no espiar a los demás.

-Pues vuelve a estudiar. -le reprendió frunciendo el ceño- Y de paso podrías aprender a no estar espiando a tus compañeros. -Mu ni se inmutó ante el regaño, estaba más interesado por saber los motivos de Saga por querer juntar su boca con la de otra persona.

-La vez pasada besaste a una chica. -continua, Mu poco sabía sobre las relaciones amorosas, su maestro apenas le había comentado acerca de eso, bastante incómodo por demás. Según Shion las personas se unen en pareja para formar una familia y que a menudo se besan, sin embargo, él solo había visto, en las pocas veces que bajaban juntos al pueblo, los besos que de repente les dan las madres a sus hijos, ya sea en la frente o en la coronilla, por lo que Mu asoció que era una muestra fraternal que solo muestran las mujeres a sus descendientes, ya que nunca lo había visto en hombres y Shion no era particularmente alguien muy afecto de cariño meloso.

-¿Y? -preguntó Saga removiéndose inquieto evitando la mirada curiosa del enano- Nos gustamos y cuando dos personas se gustan se besan. -respondió siendo lo más asertivo posible, pero eso no saciaría las infinidades de preguntas que se formulaba Mu en su cabeza, no señor.

El pequeño se quedó pensativo, apoyando su pequeña manita en su mentón.

-No lo sé, pensé que te gustaban las mujeres. -dice completamente interesado, siempre creyó que se debe gustar a las personas del sexo contrario, pero ahora se enteraba que se podía gustar a los hombres también.

-Amor es amor, Mu, no importa el género. -le responde Saga intentando zanjar la conversación para evitar más preguntas- Lo que no está bien es estar espiando a los demás. -volvió a regañar girando su cabeza hacia el chico que ahora se apoyaba en el muro imitándolo.

-¿Los amas a ambos? -vuelve a preguntar ignorando el sermón. El amor era algo que no entendía, pues según su maestro ellos solo deben amar y servir a Athena, pero creía que Saga hablaba de un amor totalmente diferente, como el amor de pareja y ahora Saga salía con la idea de que se podía amar a más de una persona a la vez y eso se contradecía mucho a la escueta explicación que le dio Shion acerca de los matrimonios que deben ser solo hacia esa persona amada, a una única persona.

Hubo un silencio incómodo.

-No... solo me gustan, -dijo intentando de buscar en su cerebro las palabras correctas para explicarle que gustar no es lo mismo que estar enamorado- No estoy enamorado. -terminó diciendo frustrado, él no tenía por qué estarle contando sobre de sus aventuras amorosas a un chiquillo que apenas si conocía del mundo.

-Pero dijiste que era amor... -empezó a hablar elevando la voz, Saga se estremeció ante súbito cambio de tono y se agachó para taparle la boca al parlanchín que parecía estar más pendiente de saber sobre besos que de alquimia.

Besos tardíosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora