Tengo ese sueño una y otra vez. Camino junto a una persona a la que nunca puedo verle el rostro.
Al despertar, como mucho recuerdo alguna que otra palabra. Sin embargo, hay algo que nunca olvido.
Al final del sueño, me encuentro junto a esa persona en un jardín de cerezos. La vista de ese lugar es algo maravilloso, esa escena se quedó grabada en mi memoria.
Que ese sueño se convertirá en realidad sería algo maravilloso... pero eso no sucederá, seguirá siendo una fantasía.
Creo que el aislamiento y los días que he pasado en este hospital han afectado mi cabeza.
Escucho como los pájaros empiezan a cantar dándole la bienvenida al sol. Desearía poder levantarme de está camilla sin ayuda, me siento tan impotente, ni siquiera puedo mantenerme en pie para ver por la ventana.
Estoy internada desde hace un año, pero aún no he mejorado. Mi situación está estancada.
Toc, toc, escucho que alguien toca la puerta.
- Natsuki-chan, voy a entrar.
- De acuerdo, puedes pasar, Yumeko-chan.
Yumeko-chan, ella ha sido la única persona que me ha acompañado durante mi estadía en este hospital.
Su cabello y ojos son morados, es una mujer hermosa y radiante.
- ¿Por qué tienes esa cara? Acaso... ¿se trata de ese sueño otra vez?
- Así es, no puedo evitarlo, es muy deprimente. Tener la capacidad de controlar mi subconsciente sería muy útil, así podría evitar tener ese sueño una y otra vez.
- Vamos, no haces honor a tu nombre. Significa esperanza, ¿verdad? Debes tener una sonrisa en el rostro, estar deprimida no servirá de nada. - Dijo Yumeko-chan mientras me ayuda a levantarme.
- Lo sé, pero nada ha cambiado. En este punto, siento que no tiene caso esforzarme en mantenerme positiva. Además, ese hombre me mintió.
Hace unos meses, mi pareja con la que llevaba un par de años de relación desapareció. Dicho de otra manera, me abandono, rompió nuestra relación.
No sé dónde está ahora, ni tampoco me importa.
Me prometió que estaría a mi lado hasta que me recupera por completo, dijo que cuidaría de mí día y noche. Me dan náuseas de solo recordar sus palabras.
- Natsuki-chan, sabes que no me gusta verte así. Sé que no es fácil, pero ya han pasado meses desde lo ocurrido con Haruki. No tienes que seguir sufriendo por él, no vale la pena.
Tras decir esas palabras, Yumeko-chan me coloco en la silla de ruedas con delicadeza.
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Jardín De Cerezos
Teen FictionMi nombre es Natsuki Maeda. Desde que cumplí los veinte años de edad, mi vida no ha sido sencilla. Para empezar, perdí a mis padres en un incendio, el dolor que sentí en aquel momento es indescriptible. Cuatro años después, sufrí un accidente, a con...