~Sobrevivir~ (Meldris)

Viejo amigo

-Asi que volveremos a hacer equipo

-no eres nada sin mi rubio

-eso quisieras

Luego del plan ideado por la chica de piel pálida Derieri había contactado a Meliodas para pedirle regresar a su puesto mientras los otros tres se encargaban de reunir información suficiente para poder hundir de una vez por todas a Elizabeth.

-Escucha necesito que estes a mi lado el viejo inicio otra vez con su jueguito de mierda pero también necesito que te encargues de dos cosas más

-acabo de empezar de nuevo y ya estás de exigente

-Meliodas volviste -corrió hacia él un niño peliplata

-que tal estuvo tu día -le preguntó alzando al pequeño

-¿ya tienes hijos?

-claro que no

-¿ella quien es? -dijo curioso el menor

-ella es una vieja amiga Estarossa, Derieri el es Estarossa, quiero que te encargues de él es un chico especial

-ya veo, es un gusto, nos divertiremos mucho -sonrió y el niño asintió con felicidad corriendo hacia el interior de la vivienda- y dime cuál es el otro trabajo

-quiero que localices a alguien, es tu especialidad no

-claro, solo dime a quien quieres encontrar

-Su nombre es Zeldris, te enviaré una fotografía quiero que lo encuentres lo más rápido que puedas -ingresa

-Esto es malo

*

-¿eres tú cierto?

-se que hablas

-el chico de Meliodas, el del video

-¿tú viste ese video? -dijo completamente sonrojado la verdad algunas veces se avergüenza de lo que tuvo que hacer para poder mantener a su hermanito pero por otra parte algo en se alegraba al recordar que gracias a eso conoció a Meliodas

-en realidad no, escuché que Elizabeth estaba furiosa porque Meliodas había hecho otro trabajo para Merilin y esta vez había sido con un chico

-alto, ¿otro trabajo?

-no lo malinterpretes chico, Meliodas siempre fue un rebelde y cuando necesitaba dinero y no quería pedírselo a su padre le hacía trabajos a Merilin, algunas fotos videos cortos, cosas de ese estilo, pero me sorprendió saber que él saliera a dueto con alguien me imaginé que ese alguien era realmente especial para el -ve al chico a su lado que estaba con la cabeza abajo escuchándola atenta mente

-¿Tú crees?

-lo se

-Zeldris tenemos un leve problema -corrió hacia ellos la chica peli violeta

-¿Que sucede?

-Derieri me llamo, Meliodas a comenzado a buscarte

-conociéndolo lo encontrará fácilmente

-no lo encontró ni fuera del país

-Afuera el señor Demon es quien tiene sus contactos y Meliodas no tiene tanta autoridad sobre ellos pero acá, este es su territorio y si no lo encuentra rápido esto no será lindo

-a que te refieres con que no será lindo- dijo esta vez el azabache

-es un chico caprichoso y berrinchudo si no consigue lo que quiere explotara en ira

Derieri había fotografiado incontables mentes a Estarossa para poder dárselas al azabache que adoraba ver a su pequeño hermano estar feliz la calidad de vida que los demon le brindaban era la que siempre quiso para el menor sin duda tomo la mejor decisión al dejarlo con el rubio, semanas después de la charla entre Meliodas y la chica Zeldris había pasado gran parte del tiempo entrenando con los guardaespaldas de Gelda y había aprendido unas cuantas cosas así que decidió darse un paseo.

-estoy muerto- dijo para sí mismo el rubio que ingresaba al departamento, estaba cansado de escuchar al viejo decirle que iniciara de nuevo con el negocio pero no quería verse involucrado de nuevo en el mundo de las drogas no es que él fuera un adicto o algo por el estilo simplemente no quería que dañaran a los que le importaban a causa de eso

-no debes trabajar tanto- dijo en la oscuridad un segundo

-Quien anda ahí -encendió rápidamente la luz quedando petrificado al ver al chico frente a él

-tranquiló soy yo- sonrió amablemente viéndolo

-Zeldris

-el mismo

-¿que? ¿Como-

-vine a dar un paseo espero que no te moleste quería ver que tal est- había olvidado como se sentía, la calidez de los labios del rubio contra los suyos su respiración entrelazándose aquella mano que se aferraba a él con dureza

Sin duda extrañaba esto y en cierto punto lo necesitaba

-habla Zeldris, que porque te fuiste sin decir nada

-te lo explicaré todo, pero no pongas esa cara me pondré triste si me regalas- coloco ambas manos en el rostro del contrario quien le sonrió al verlo a los ojos

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