ℭ.1 the eyes'

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Su mirada estaba fija en las pequeñas gotas de agua que se deslizaban por la ventana de su habitación, las observaba con detalle, sonriendo al ver como una de ellas "ganaba" la pequeña carrera que había imaginado en su mente. Se alejó de la ventana, acomodando su reloj para observar la hora.

"9:35p.m"

Tomó algunas de sus cosas más importantes, metiendolas en su pequeño bolso negro, el cual hacía juego con su minifalda de cuero negra. Dió pasos hasta la puerta de su habitación, las botas de tacón resonaban por ella.

Salió y cerró la puerta detrás de ella, caminó unos pasos más hasta llegar al dormitorio de su hermana, Lola, quién todavía terminaba de prepararse a paso apurado. Ella tocó su puerta, la llamó.

— Lola. — llamó, esperando aprobación para poder ingresar al pequeño cuarto lleno de pósters.

— ven, ayúdame. — abrió la puerta, dejando ver a la joven de quince años ponerse los aretes. — ¿Me atas la bota?. — dijo, señalando su pie.

— ya deberías estar lista. — habló Madison en forma de regaño, haciendo cuclillas para poder atar los cordones de la bota negra.

— lo sé, pero mamá no me despertó. —se excusó, terminando de colocar las argollas plateadas en sus orejas, moviendo levemente su cabello corto a un lado para verificar si le gustaban. — ¿Te gustan?. — buscó aprobación.

— te quedan perfectos. — sonrió, levantándose lentamente para observar a la joven morena.

— ¡Niñas!. — su madre, desde la planta baja, llamó. — ¡Madison, necesito tu ayuda!. — volvió a llamar.

— ¡Claro!. — la castaña se alejó de la habitación y caminó escaleras abajo, buscando a su madre, encontrando la frente al espejo del comedor.

— ven, ayúdame a atar esto. — la rubia movió su pelo a un lado, mostrándole el corset que debía atar.

— es muy bonito...— halagó, haciéndole un pequeño moño a las cintas negras, observando el corset violeta por el espejo.

— sí, estaba en oferta. — Katerine sonrió a su hija, para luego terminar de poner su gloss rosa. — ya, debemos irnos. ¡Lola!. — gritó repentinamente, haciendo que Madison tapara sus oídos.

— sí, sí. — Lola bajó las escaleras casi corriendo, tropezando levemente en el camino.

— vale, vamos. — Madison tomó la chaqueta de cuero colgada a un lado de la puerta, colocándosela.

— debes manejar...hoy correrás tú. — su madre le tendió las llaves del auto blanco lujoso que ellas tenían, regalándole una sonrisa.

— ¿No era la próxima?. — Madison tomó las llaves, algo confundida por la confesión de su madre, pues todavía no era su turno de correr.

— sí, pero también lo harás hoy. — abrió la puerta del copiloto. Subió al vehículo. — correrás contra alguien...alguien con quién te tendrás que llevar bien. — una pequeña sonrisa se asomó por sus labios. Maliciosa.

Madison sabía que algo escondía.

— como tú digas. — encendió el auto, manejando hasta las antiguas pistas de aterrizaje.

𝕭𝔞𝔡 𝕭𝔩𝔬𝔬𝔡 | 𝘵𝘰𝘮 𝘬𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻 .  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora