Mi primer y único amor se llevo consigo mis primaveras.
Mi primer y único amor se llevo consigo mis mariposas.
Ahora todo es invierno, tal vez un leve otoño en donde todo muere de manera calida, pero ya no hay primaveras.
No hay flores de colores naciendo, no hay colores brillantes, no hay lluvias calidas, no hay amor en el aire.
En cambio dejo dentro mio el amargo sentimiento de que nada es suficiente.
No son suficientes los ojos con los que me miran.
No son suficientes los pequeños detalles.
No es suficiente amor, nunca es suficiente amor.
Y me acuerdo de sus ojos, de su sonrisa. Esa sonrisa.
Me acuerdo de los detalles, de sus maneras de cuidarme.
Me acuerdo de sus gustos, me acuerdo de sus miedos.
Y extraño, extraño algo que ya no existe, algo que nunca va a volver, que nunca voy a tener otra vez.
Y extraño.
Extraño los colores, el azul de sus ojos, el blanco de su piel, el platino de sus cabellos.
Extraño el tartan de su ridicula pajarita, el beige de chaleco, el celeste de su camisa.
Extraño los olores, extraño el petricor del aire de la lluvia de primavera, extraño el azar de las flores, las crepas recién hechas, extraño el pasado, lo extraño a el, y me extraño a mi.
Extraño a mi ángel.
Extraño las primaveras.
Extraño sentir amor.
Extraño sentir.