Un chico de cabellera de tonalidad blanquecina, estaba corriendo sin fijarse por donde iba, la lluvia aumentaba cada vez más, al tal punto de volverse una gran tormenta, y las personas que se encontraban en el parque o lugares abiertos corrían directamente a sus hogares o lugares para refugiarse de la tormenta, Mientras aquel chico cabellera blanquecina estaba lleno de golpes, estaba con unas grandes ojeras, y ni hablar de su ropa estaba más o menos decente pero su vista..eso le estaba comenzando a fallar tanto que hasta las gotas que caían de su cabello y caían directamente a su rostro, este llegó a una casa y toco la puerta con las pocas fuerzas que su cuerpo tenia y en eso desmayándose quedando tirado allí mismo.
Por otro lado
Un chico de cabellera rubia de un tono pastel claro, se encontraba leyendo sentado en un sofá cerca del gran ventanal mirando la misma y viendo como una lluvia se volvía una inmensa tormenta y podía oírse como cada minuto que pasaba la lluvia se volvía más y más. . . violenta y su sonido podía ocultar cualquier otro sonido, Cuando fue disminuyendo la tormenta el chico pudo oír cómo el chico ya mencionado tocaba su puerta y eso lo dejo algo confuso, ya que quien que esté completamente cuerdo tocaría la puerta de alguien con esa gran tormenta , y se quedaría con esa duda para luego levantarse de su lugar y dejar su libro encima de una mesa que tenía al lado, al acercarse a su puerta, la abriría para no lograr ver a nadie, supuso que sería una broma de adolescentes y eso. . . solo enfadaría un poco. Cuando estaba por cerrar la puerta algo evitaba poder hacerlo así que, miro hacia el suelo y noto al chico de cabellera blanquecina en el suelo frente a su puerta, la preocupación estaría haciendo presencia, ya que el joven no parecía estar vivo y eso le preocupaba. . . ,el no era tan mala gente para dejarlo allí tirado, entonces lo cargo, y con la mano libre, cerró la puerta.
...
El chico de cabellera blanquecina, se habría despertado de una forma brusca, cuando se dio cuenta, tenía puesta una sudadera que tenía un olor delicioso, tal vez era chocolate?, no no, quizás era frambuesa?, Cuando estaba concentrado en descubrir el olor , llegó el de cabellera rubia con una sonrisa y una voz alegre.
-- ¿Te encuentras mejor ahora?, ¿Necesitas ayuda con algo?, Oh, Lamento haberte tocado sin tu permiso, es que las heridas que tenias se estaban infectando y por eso lo hice, Discúlpame
-- ¿Uh?, Ah, Si me encuentro mejor, muchas gracias por ayudarme, no te preocupes por lo de las vendas.
Hablaría el de cabello casi blanco mientras miraba sus manos llenas de vendas, aferrándose a su cobija, mientras el otro joven solo sonreirá de una manera agradable, acercándose a la cama, se sentaría en este frente al chico y este al levantar la mirada vería al otro chico con una sonrisa nerviosa.
-- Me llamo Zack, ¿y tu chico que estaba tirado en la puerta de mi casa?
-- Bonito nombre por cierto, ah, marxs, Me llamo Marxs joder, no hace falta que me lo recuerdes.
luego de esa corta presentación, ambos jóvenes comenzaron a hablar de sus gustos, sus trabajos y varias cosas mas, mientras mas hablaban mas se sonreirán y reían, resulta que tenían más cosas en común de lo que pensaban, podrían ser unos muy buenos amigos sin muchos problemas, eran simplemente perfectos para el otro.., en esa habitación solo se oían puras risas de alegría, era un momento perfecto..
ambos jóvenes luego de unas horas estarían apunto de dormir, cada uno en una habitación marxs en la de Zack y Zack en la de los invitados, marxs ya estaría en un largo sueño pero Zack no podía, o algo no lo dejaba dormir.. y al parecer era el de cabellera blanquecina
