Descubriendo

438 29 1
                                    


Hola!

Bueno, después de casi dos semanas fuera. Ya estamos aquí de nuevo.

Cronologicamente, esta sería la segunda entrega. Solo nos queda una de esta demonio.

Las prompts para hoy son Objeto Maldito, Un Beso Rudo y El Perfume de tu Piel. ¿Ya se imaginan cuál es el objeto maldito, verdad?

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Los jueves de sándwich rápidamente se convirtieron en jueves de cita, y antes de que Adora pudiera procesarlo a profundidad, más de dos de sus noches las pasaba con la hermosa demonio que ponía de cabeza todas sus ideas.

Desde el principio Catra había dejado muy en claro qué clase de demonio era. Y Adora ya había investigado con todos los recursos a su alcance las diferencias entre los diferentes demonios sexuales. Catra a veces la atrapaba mirando a su entrepierna y solamente una risa breve y malévola era su respuesta.

Habían dejado los besos y avanzado hasta segunda base, aunque Adora se movía sin cuidado hacia tercera, borracha de las caricias expertas. Tan así estaba fuera de sí que descansaba sobre el regazo de Catra sin blusa mientras esta devoraba sus pechos.

Adora se sorprendió cuando sintió algo nuevo bajo ella y rozando el interior de su muslo. Se detuvo y esperó a que la demonio dejara sus senos para mirar hacia abajo en medio de las dos. Catra volvió a reírse con esa risa insufrible y se relamía los labios.

—¿Lista para comprobar que soy una incubus? —le preguntó con sarcasmo.

Adora, una golden lesbian consumada, había barajado esta probabilidad con poco agrado, ahora no le preocupaba demasiado mientras Catra la siguiera tocando y besando.

—Vamos... Vamos a mi habitación.

La expresión de la demonio pasó de coqueta a dulce, hasta ahora no había sido invitada a pisar los aposentos más privados de su anfitriona. Ayudó a la otra mujer a levantarse y la siguió de la mano hasta la puerta del final del otro pasillo.

Adora terminó de quitarse el resto de la ropa con timidez y al fin se volvió a la demonio, que sin recato mostraba el bulto que sus apretados pantalones de cuero hacían resaltar de más. Era un tamaño más que considerable. La timidez de Adora creció a la par que veía el bulto moverse en un espasmo, pero cuando subió su mirada a los ojos bicolores de la demonio, se encontró solo con hambre y maravilla.

—Eres mucho más hermosa de lo que pensé —susurró con fervor la incubus.

Con un movimiento de su mano, sin dejar hablar a su par (aunque entonces aún no lo era), su ropa desapareció por entero, los ojos azules se detuvieron con reverencia y hambre en esos pechos redondos y voluptuosos, del perfecto tamaño de dos manzanas grandes. Pero lo que inevitablemente llamó su atención fue el pedazo de carne que se elevaba orgulloso entre sus muslos.

Adora nunca había visto uno así en vivo... tan en vivo. Pero sabía que el miembro no era convencional... Ni en tamaño ni en nada más. Era enorme, mucho más largo y grueso que el juguete favorito de Adora. La punta, que ya rezumaba un líquido translúcido, de un purpúreo profundo, en vez de ser roma era más bien un poco puntiaguda y a lo largo de todo el venoso tronco oscuro poseía pequeñas protuberancias, que Adora solo había visto en el consolador con textura favorito de Glimmer, con mucha imaginación de fantasía de parte del artesano. Y para terminar los redondos y tensos testículos.

—Es... Enorme —fue lo único que pudo decir con voz estrangulada.

—¿Nunca habías tenido uno así? —preguntó Catra con soberbia.

Nueva ExperienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora