Night of the Living Dead

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Cuando eres niño, Halloween es una fecha que esperas con impaciencia durante todo el año. Algunos dirían incluso que es mejor que la Navidad. Una celebración llena de dulces, juegos intrascendentes y, lo mejor de todo, disfraces. Por una sola noche de las 365 que componen el año, puedes elegir ser lo que quieras.

Cuando creces un poco, Halloween es igual de emocionante, pero ahora por motivos diferentes. Ya sea por el alcohol, la música a todo volumen de los amplificadores, la multitud de cuerpos unidos en las fiestas o la libido casi palpable en el aire. No importa, pero una vez más se establece el plazo de 24 horas.

Precisamente por estas razones, a Harry siempre le había encantado la celebración y la esperaba con más ilusión que su propio cumpleaños. El chico maravilla, que siempre caminaba por la línea, hacía una excepción al año para quitarse la máscara de chico bueno que llevaba habitualmente.

No es que muchos lo vieran así. Al igual que el propio Louis, Capitán Styles no era más que un niño mimado y arrogante. Por fuera, eso podía ser cierto, pero no del todo. Por dentro, en cambio, el niño asustado que Harry había sido una vez seguía presente.

Un ritmo electrónico sonó con fuerza en medio del claro donde se alzaba la mansión Smith. Harry no podía decir con seguridad de dónde provenía, ya que estaba rodeado de gente por todos lados, recibiendo abrazos y palmadas de celebración en la espalda.

No le importaba nada de eso y no pretendía dejarse llevar por una sola prueba ganada, cuando su atención estaba puesta en Los Juegos en su conjunto. Mantener su título de invicto era lo que le había mantenido concentrado durante el último año.

Mirando a su alrededor, pudo ver a Louis, charlando alegremente con Niall, Liam y Zayn. Los cuatro se sentían como amigos de la infancia, aunque el hombre de pelo rizado sabía que no era exactamente así.

De hecho, los chicos se conocían desde niños y habían estudiado juntos toda la vida. Porque ése era el tipo de vida que se llevaba en Doncaster. Casi como una colonia remota, los que vivían allí no tenían que ir muy lejos. Es el tipo de ciudad donde todo el mundo se conoce y nada se mantiene en secreto.

Pero aun así, no hablaban, no se relacionaban, no eran amigos. La cuestión es que en esa comunidad inglesa en cuestión, los grupos sociales simplemente no se mezclaban. Una ley implícita pesaba sobre todas las relaciones en el pueblo, de modo que Harry nunca podría siquiera pensar en acercarse a gente como Louis, aunque la mayoría de los días deseara ser uno de ellos.

La invisibilidad nunca le había parecido tan tentadora.

Harry salió de su ensueño cuando un sonriente Zayn volvió a subir al maletero de la camioneta y tomó el micrófono. Tenía que volver a su estado de concentración. Tenía que concentrarse y ganar otra carrera. Era su único camino.

- ¡Bien hecho, amigos! - gritó el chico de pelo de ébano, atrayendo la atención de la multitud. - No tenemos tiempo que perder, acaba de amanecer y aún nos quedan dos carreras. - Eso bastó para que los aplausos y los gritos se reanudaran brutalmente. - Liam, haz los honores.

El chico se unió a Zayn en la parte trasera del coche, arreglándose su cinturón utilitario de color amarillo crudo, parte del disfraz de Batman de los años sesenta que se había empeñado en ponerse (a pesar de que sus amigos le habían aconsejado lo contrario).

- Así que pasemos al segundo evento de los Juegos, que cariñosamente hemos bautizado como ¡La noche de los muertos vivientes! Seguro que has visto la película, así que lo entenderás -explicó Liam. - Lo que podemos revelar por el momento es que este desafío tendrá lugar en el cementerio de la ciudad. Por eso, ¡sólo los jugadores podrán acompañarnos hasta allí!

do you wanna play? - larry (traducción) [halloween special]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora