"Decía una vez Baltazar Gracián, solo la excelencia cuenta, solo los logros perduran".
Solo los logros perduran, es evidente que la persistencia atrae la excelencia, y que el entusiasmo va de la mano con el esfuerzo, sin duda alguna el que se esfuerza constantemente podrá tropezar incontables veces, sin embargo, la recompensa será la dicha de su esfuerzo , el fruto del trabajo suma a el éxito que muchas veces se ve lejano, a veces incluso ni se logrará distinguir los resultados y la frustración crecerá como una cascada sin fondo ni final que constantemente se encuentra pululando las heridas provocadas en nuestra mente.
Inclusive habrán momentos donde los dedos señalaran en tu dirección te cuestionaras una y otra vez y mil veces, porque no puedo avanzar, porque estoy estancado, la frustración de sentir que no podemos avanzar hacia nuestros objetivos nublarán nuestros pensamientos y lo negativo será la estampa de nuestra vida cotidiana y los malos pensamientos crecerán y expandirán sus raíces por nuestra mente, es ahí donde hay que frenar a nuestra mente, callar el ruido de nuestro interior, levantarnos una vez, caer y levantarte otra vez, siempre habrá oportunidades para avanzar, no importa lo lento o lo rápido, levantarse aun después de la decepción y la derrota es necesario, si lo deseas realmente.
Ninguna victoria es satisfactoria si no lleva consigo impregnada la estampa de la osadía y la persistencia constante, nada es más extasiante que conquistar la muralla que nos impedía avanzar, una vez logramos descifrar los enigmas del gigante al que nos enfrentamos podemos aprender y crecer, cada conquista es valiosa, cada aprendizaje debe dejarnos satisfechos para poder recibir las siguientes enseñanzas que la vida nos preparara.
Continuamente el ser humano se encamina en la búsqueda de la felicidad y busca darle sentido a la existencia al depender de las metas, objetivos y logros que nos imponemos, ningún resultado nos dará felicidad perdurable, pero cada proceso conlleva un gran avance hacia nuestro objetivo final, la auto realización del ser.
Ser perseverantes es la clave del éxito, nada podrá impedir que triunfemos, solo nosotros mismos, nuestro ferviente deseo de progreso es lo que nos alimenta, el combustible de un soñador es su ilusión y su visión de la victoria, cada persona debe aspirar a lo que su corazón llene su apetito, devorar el mundo, conquistar la cima, alcanzar tu mejor versión, amarte hasta el punto de llegar a la excelencia de tu ser, ese sin duda alguna constituye uno de los verdaderos éxitos de la vida.
