Miranda

En la boca del lobo.

Era un dia lluvioso y hacia frio por lo que decidi quedarme en casa para no enfermarme, asi que la unica que salio con este frio fue mi madre pero con la obligacion que tenia que trabajar para pagar nuestros gastos.

Me despedi de ella como siempre, en cuanto sali de la casa me fui a sentarme en el marco de la ventana para despedirla mientras ella se perdia en el camino, terminando despedirme baje las escaleras y me dirigi a la sala.

Fue entonces cuando mi abuelo sale de su dormitorio y me mira dandome los buenos dias, en cuanto le respondi el saludo con un tono frio y cortante, se pasaba su lengua en la boca mirandome de arriba a bajo y en cuanto me baje la falda el dejo de observarme y de ponerme muy incomoda. 

Pasaron las horas y en lo que la abuela estaba fuera de casa visitando unas vecinas, me habia quedado en casa para ayudar a mi abuela en los quehaceres del hogar, empezando a ordenar las habitaciones de la segunda planta, mas adelante cuando estaba doblando mi ropa de uso diario mi abuelo abrio bruscamente la puerta, en cuanto escuche el ruido mi corazon acelero, mi piel se puso muy palida y mis labios igual: 

- ¿ Quien anda ahi?. Abuelo ¿ Eres tu?.

- Si Miranda, soy yo.

- ¿ Que haces aqui en mi habitacion a esta hora de la noche?.

- No te asustes, pequeña. Vamos a jugar un juego, pero esto sera entre tu y yo.

- No quiero jugarlo, abuelo. Se lo voy a decirlo a mi mama y abuela.

- No seas tonta, porque no te van a creer. Asi que no perdamos mas tiempo y vamonos.