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Jihyo entró al departamento con las manos repletas de papel, tratando de hacer equilibrio y que no salgan volando por todos lados.

Como todas las mañanas, había salido a hacer algo de ejercicio, y, como todas las mañanas también, al regresar, el portero le había entregado una cantidad exagerada de cartas y pequeños regalos de los fans.

Las chicas no entendían muy bien cómo es que habían dado con su dirección, pero finalmente decidieron no hacer nada al respecto: los fans eran muy respetuosos y nunca intentaban invadir su espacio privado, tan solo se limitaban a dejar algún detalle para ellas y luego se iban. Además, se habían acostumbrado a tomar desayuno mientras leían las tarjetas y las comentaban entre ellas pues, nada les motivaba más que comenzar el día con palabras lindas de gente que las quería.

—¡Estoy aquí! —La lider gritó mientras cerraba la puerta con un pie —¡Ya, traje lo de hoy!

Las chicas salieron a su encuentro, con una sonrisa de oreja a oreja, y ayudaron a Jihyo a sostener todos los sobres antes de que terminasen en el suelo. Fueron a dejarlos sobre la mesa y, mientras las menores preparaban el desayuno, Sana comenzó la repartición habitual: tantas pequeñas torres con las cartas y regalos para cada una, y una extra con lo que iba dirigido a todas por igual.

Cuando terminó, Sana colocó lo que le tocaba a cada una sobre su lugar, y se dispuso a ayudar con la preparación del desayuno. Era normal de ver, Sana era muy activa, sobretodo a esas horas de la mañana.

—¿Y Nayeon unnie? —Chaeyoung preguntó, mientras hacía malabares para sostener cuatro tazas en su mano —No me digan que de nuevo se desveló, ya le he dicho que le pare un poco a los doramas.

—No, ya se despertó. La vi salir temprano y luego regresar a su cuarto. Seguro fue a caminar o algo así —contestó Jeongyeon, terminando de llevar las cosas a la mesa.

Las chicas se sentaron y continuaron su conversación, dándole un poco de tiempo a Nayeon para salir. Pasaron pocos minutos cuando hizo su aparición, y fue corriendo directamente a la mesa, mirando atentamente lo que había llegado ese día.

—¿Qué buscas? —Momo quiso saber, al notarla más atenta de lo usual.

Nayeon inconscientemente llevó su pulgar a la boca y lo mordisqueó con nerviosismo.

—Mmm, no, nada. Es que me levanté con curiosidad.

La lider se encogió de hombros, y se dedicó a su desayuno. Dahyun y Jeongyeon ya habían comenzado a abrir sus cartas y se las mostraban mutuamente, sonriendo. Nayeon las miraba de reojo, mientras intentaba concentrarse en lo suyo. No pasaron más de unos segundos cuando un grito de Chaeyoung la hizo saltar en su asiento.

—¡ALGUIEN SE LE DECLARÓ A JEONGYEON UNNIE!

Jihyo volteó inmediatamente, sacando la carta de las manos de la maknae, quien reía y aplaudía con emoción, y comenzó a leer con curiosidad. Al cabo de unos segundos, levantó los ojos del papel y miró a Jeongyeon con una sonrisa.

—¡Toda una rompecorazones, Jeongyeon-ah!

Jeongyeon no podía más de la vergüenza. Sus mejillas quemaban, y trataba torpemente de tapar con sus manos la sonrisa tímida que se había formado en su rostro.

A ella le avergonzaba mucho cuando alguien siquiera le hacía algún cumplido, así que no sabía como reaccionar en esa situación. Aunque no lo pareciera, siempre había sido tímida para ese tipo de cosas, y la carta la había tomado por sorpresa. Sin embargo, no podía evitar reconocer que era algo muy tierno, y a pesar de todo, la había emocionado.

Sana no podía más con su alegría, y sacudía a Jeongyeon para molestarla.

A diferencia de ellas, Nayeon estaba con los ojos casi saliendo de sus órbitas, tratando de bajar la mirada para parecer concentrada en sus cartas, y evitar a toda costa que la incluyan en la celebración. Momo no dejó pasar esto por alto, y estiró la mano hacia ella para llamar su atención.

—¡Unnie! ¡Lee la carta que le mandaron a Jeongyeon!

Nayeon tragó saliva fuertemente y volteó a ver a Jeongyeon. Ya se había quitado las manos del rostro, pero aún seguía sumamente sonrojada. Pensó que se le veía muy tierna, e hizo grandes esfuerzos para no sonrojarse también.

—No, no, es algo personal, Momori.

—¡Ay, por favor! ¡Si todos los días nos mostramos todo lo que llega!

—Sí, pero tal vez la persona que lo escribió no quería que lo vea nadie más. Suena como algo privado.

—Ay, que aguafiestas —Sana se volvió a acomodar sobre su asiento y se giró hacia Jeongyeon —Yo sí quiero saber todo sobre el tema. Espero que escriba de nuevo. Es más, voy a ver si podemos averiguar de quién es. ¡Me muero de la curiosidad!

Nayeon se tensó y dirigió su mirada a las manos de Momo, que jugaban alegremente con el papel. Rápidamente y sin pensarlo demasiado, se lo quitó de las manos y lo dejó en el regazo de Jeongyeon. Momo se sobresaltó, y la miró sorprendida. Usualmente, Nayeon no era así de seria con ellas, y menos a la hora de abrir las cartas de los fans.

—Nayeon, ¿qué pasa?

—No, es que en serio. Creo que es algo personal. Es para Jeongyeon.

—Pero...

—No, no —interrumpió Dahyun, riendo —Lo que pasa es que Nayeon unnie está celosa de que no le declararon amor eterno hoy. Tranquila, unnie, ya llegará el indicado —terminó de decir entre risas, poniendo una mano sobre las de Nayeon.

Nayeon se ruborizó y miró a Jeongyeon. Ella le devolvió la mirada, y una pequeña sonrisa se formó en su rostro. Al instante Nayeon le devolvió el gesto, levantó la cabeza y trató de olvidarse de lo sucedido.

—Bueno, traeré pan. ¿Alguien tiene más hambre?

Hola, me desperté feliz porque me encanta adaptar cosas bonitas y porque ya casi termino de editar mi historia Ü

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Hola, me desperté feliz porque me encanta adaptar cosas bonitas y porque ya casi termino de editar mi historia Ü

𝑱𝒆𝒐𝒏𝒈𝒚𝒆𝒐𝒏 𝑩𝒊𝒂𝒔𝒆𝒅 ↬ [2Yeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora