Lluvia Tórrida.

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En estos rumbos ya no hay signo de soledad 
¿El motivo cuál es? 
Sigues junto a mí 
con las orbes cafés, 
la embriagante sonrisa y 
húmedas tu ropaje.
¡Cercanía entre tú y yo! ¡Fuego entre nubes!
De las mil circunstancias del destino,
me tocó en suerte esta, y 
ya no encuentro razón para separarme 
esta noche de ti.    


Dirigió su mirada al cristal de la ventana de su habitación, que en momentos como ese, era constantemente amenazado con el golpeteo de la intensa lluvia, que desde muy temprano se había robado al sol y se obstinaba en mostrar rastros de él.

Una vez más, se acomodó sobre su asiento y suspiró algo resignado, terminó recostado sobre el sillón rojo y cerró los ojos. Estaba algo inquieto, golpeteaba rítmicamente sus pies contra el piso de madera y pensó una y otra vez que su día entero fue arruinado por aquella lluvia – que por cierto, a partir de hoy, crearía una enemistad con ella— frunció el ceño y arrugo la nariz como siempre solía hacer cuando algo le desagrada.

Se puso de pie con la intensión de ir hacia el teléfono que esta en la pequeña mesa de noche, sin embargo es interrumpido por el timbre de la casa. De su pequeña morada. Como solía llamarlo él cuando pasaba las tardes ahí. Tuvo un leve presentimiento que se trata de él. Y espero estar en lo cierto.

Se dirigió a la puerta de su habitación, y una vez mas sonó el ding dong del timbre.

Caminó algo mas rápido hasta pasar por la pequeña sala y dirigió una mirada fugaz hacia el ventanal y se entristeció un poco al ver que el cielo aún estaba de un triste grisáceo y todavía llora sobre la ciudad.

Abrió la puerta y fue azotado por el viento que revoleteó aquella mate cabellera café suya. Y se sorprendió mucho al verlo ahí... de espaldas. Con las ropas mojas, chorreando de agua. Empapado hasta el alma. Su cabello rubio típico, se había tornado más oscuro de lo habitual, por estar mojado. Al parecer no se había percatado que él había abierto la puerta ya que andaba sumergido en su pequeña "burbuja" atento a la sonora lluvia. Él si era un amante de ella. Y es por esto que en muchas ocasiones solía pescar un resfriado por salir es días como este.

No tardo más y dio un ligero toque sobre sus hombros. El blondo dio un pequeño salto por ser despertado de su ensueño.

Dio media vuelta encontrándose con la intensa mirada de aquellos hermosos ojos negros que pertenecían a su hyung. En un inicio cuando recién compartían miradas lejanas y sonrisas tímidas, cuando aun no eran amigos, le parecieron aterradores e intimidantes pero con el tiempo supo encontrar el lado, tierno y hasta podría decir ¿encantador?

El anfitrión sonrió alegre por verlo ahí. ¿Cuándo habría vuelto? El rubio también le correspondió a su sonrisa arqueando sus ojos avellana en una sonrisa también. 

Seung lo invitó a pasar.

—Gracias —solo dijo este con una expresión agradecida. Paso a la sala y Seung cerro la puerta para ir a su encuentro.

—Realmente no te esperaba... — hizo una pausa y lo observo de pies a cabeza, el rubio estaba sonriente, su playera empapada, adherida a su pecho dejando a la vista sus pezones por el frio... el pantalón del mismo modo chorreante, mojando el suelo. Seung hizo una mueca de disgusto—.  Pero, ¿cuantas veces te he dicho que no salgas en días de lluvia como este?—se cruzó de brazos y él mismo se asombro de su propia voz, salió mas gruesa de lo normal. Y el otro lo miro algo avergonzado más por incomodidad que por el regaño. —Sabes perfectamente que puedes enfermar...

—Yo... —el rubio se sintió avergonzado y desvió la mirada. Se espero una gran bienvenida cuando se volvieran a ver, sin embargo lo primero que recibió fue un reproche.

Lluvia Tórrida [GTOP] OneShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora