Desde el Celo...|temp:2||Kooktae-KookV|

024

Taehyung estaba sumamente triste, no podía creer que vio a Jungkook, a su Alfa, besar a una persona que no era él. Lloraba, lloraba sin control alguno. Estaba sentado en el suelo de su habitación, con la espalda recargada en la puerta, lamentándose, preguntándose ¿Era verdad lo que decía esa chica? ¿Jungkook lo engañaba por que no le era suficiente? ¿Su Alfa ya no quería por ser hombre, por qué prefería los cuerpos femeninos? Acaso era que Jungkook prefería a una mujer, alguien con pechos, con bonitas curbas, cabello largo y sedoso, piel de porcelana, linda y pálida, será que a Jungkook no le gustaba el toque canela de su piel. En ese momento se llenó de inseguridades, pensaba que su cuerpo no era bonito, pues había subido un poco de peso, eran uno si a caso dos kilos, no eran nada que se notará, pero él pensaba que se veía gordo y horrible, sentía que su cuerpo ya no eran tan curvilíneo como antes, pues sus caderas eran poco más anchas y sentía que su cintura se notaba menos, sus muslos eran muy anchos, y sus mejillas eran solo un poquito más gorditas qué antes, su piel, tenía un toque acanelado por naturaleza, y siempre había pensado que era un aspecto bonito de él, pero ahora sólo pensaba que era un color horrible de piel, pues todos en Corea eran de piel sumamente pálida, y él tenía ese toque morenito canela, qué si bien era bonito, a él ya no le gustaba.

Estaba prácticamente destrozado, le dolía el pecho, no, más bien, le dolía el corazón, su Alfa, había besado a otra persona, y lo peor era que con tantas inseguridades en su mente, pensaba que ella era mucho mejor que él.

Es decir, Jisoo es hermosa, tenía un cuerpo bonito, curvilíneo y delgado, tenía buenos pechos y un buen trasero, su piel era pálida, parecía de porcelana, su cabello, era lizo, de color negro y súper largo, Jisoo era prácticamente perfecta.

En un momento comenzó a pensar que él en el lugar de Jungkook habría hecho lo mismo, es decir ¿Quién hubiera preferido estar con él antes que con Jisoo? Ella era una chica muy bella, y él, él era un Omega qué se consideraba feo a sí mismo, y en la secundaria le habían hecho creer que si lo era.

Pero, dentro de él, había una parte que quería creer que Jungkook decía la verdad.

Es decir, él le tenía una confianza inmensa a Jungkook, lo amaba y mucho, y sabía que Jisoo de alguna forma quería terminar su relación, sabía que el objetivo de Jisoo era conseguir su ruptura, y después de lo que le explicó Jungkook quería creerle, pero aún así necesitaba tiempo para pensarlo.

Por otro lado, en algún hotel de la ciudad de Seúl, Jungkook estaba sentado frente a la ventana de su habitación, estaba sobre el piso, recargando su espalda en el colchón, con sus piernas pegadas a su pecho, y lloraba, lloraba demasiado, su Omega no creía en él, es decir, por una parte entendía a Taehyung, pues este vio como una mujer lo besaba, que, aunque se notará que él no la quería besar y se vio claramente como él la apartaba disgustado por completo, tal vez, eso no veía desde la perspectiva de Taehyung, es decir, entendía lo vio siendo besado por alguien más, y comprendía totalmente qué necesitase un tiempo para pensarlo. Pero por otra parte, le dolía, le dolía más que cualquier otra cosa en el mundo, y a la vez podía sentir que Taehyung se sentía igual de mal, a través de el lazo de la marca, sentía su dolor, y todo lo que quería era ir con él, abrazarlo, hacerle mimos, esconder su cabeza en su cuello y decirle que todo iba a estar bien, que no tenía que sufrir, pero sabía que Taehyung no quería eso, y también sabía y odiaba ser él la causa de tal sufrimiento en su Omega.

Esa noche, Alfa y Omega, sufrían, y sentían el pesar del otro por la marca, Jungkook, lamentándose que el castaño haya visto eso, y Taehyung, pensando que ya no le era suficiente para el azabache.
Pensando que su cuerpo ya no le gustaba, y que ya no causaba nada en él, que su cuerpo ya no lo encendía, a pesar de que lo haya marcado y que esa misma mañana de haya hecho el amor en la ducha de su habitación, en ese momento todo lo que había en su cabeza eran dudas.