𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 / 𝐌𝐚𝐥𝐞 𝐎𝐜

" Amor ".

Max Mayfield x Male Oc

Oliver adoraba demasiado a su novia. Un poco bastante, según sus amigos. Se burlaban constantemente de el cada vez que lo sorprendían mirándola o tomando su mano, pero eso nunca le impidió hacer esas cosas. No era su culpa que ella fuera increíble en todos los sentidos, y el quería que ella lo supiera. Incluso cuando ambos no estaban haciendo prácticamente nada, solo sentados juntos en el piso de baldosas y el sonido del ventilador llenando la habitación, no podía evitar pensar en ella, en lo increíble que era.

"Oliver ¿qué estás haciendo?"

"¿Eh?" tarareo, dándose cuenta de que se había perdido en sus pensamientos.

No podía ver su rostro, pero se notaba que estaba sonriendo cuando habló: "Te pregunté qué estabas haciendo. Porque definitivamente no se siente como si me estuvieras trenzando el cabello".

Sus ojos se dirigieron hacia el nudo de cabello rojo frente a el, sus ojos se abrieron en estado de shock y su pecho se apretó con culpa. "Oh, mierda, Max, te rompí el cabello".

Ella se rió, inmediatamente haciendo que la culpa que sentía se desvaneciera en la nada, "Lo dudo". Se giró para mirarlo y se pasó el cabello por encima del hombro para inspeccionarlo. "Pásame ese cepillo".

Oliver le entregó el cepillo que habría usado si realmente estuviera prestando atención, y la observó mientras se cepillaba los nudos del cabello.

"¿Cómo pudiste llegar a estar tan mal?" preguntó, sonriendo para que supiera que no estaba enojada.

Se encogió de hombros, "Estaba pensando y me distraje".

"¿Qué estabas pensando?" ella preguntó.

"Te burlarás de mí". dijo el, sintiendo sus mejillas calentarse.

"¿Cuándo te ha detenido eso antes?"

"Estaba pensando en ti. Porque eres realmente bonita y esa mierda." murmuró el castaño, poniendo los ojos en blanco ante el sonido de su risa.

"Eres un jodido idiota." dijo la chica, sacudiendo la cabeza con una sonrisa.

"Eso se estableció hace muchos años".

Ella se encogió de hombros, antes de colocar el cepillo en la mano de Oliver y señalar su pecho con el dedo, "Úsalo esta vez. Y no te distraigas".

El sonrió, "No prometo nada".

Con una sonrisa, le dio un rápido beso en la mejilla antes de girarse para que le volviera a trenzar el cabello.

Si sus mejillas no ardían antes, definitivamente lo hacían ahora.