Capítulo Único

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Seth sabía que se trataba de algo importante cuando Xólotl le informo que debía ir al inframundo. Navegaron en una pequeña barca por el río que extrañamente, parecía estar en calma, pero a sus espaldas se veía como arrastraban a esos pobres desgraciados que en vida habían sido desalmados con los perros y que ahora estaban siendo castigados, condenados a vagar por la eternidad en esa parte del Itzcuintlan.

En el transcurso del viaje nadie dijo nada, era extraño porque el dios canino normalmente hablaba y ahora estaba muy serio. Tampoco entendía porque estaba ahí si no era lugar para él, alguien que estaba vivo y que no era un dios por completo. Se toparon con otros dioses que también parecían estar serios porque ni siquiera lo miraron o saludaron, todos actuaban extraño ese día.

Finalmente llegaron a su destino. Bajaron de la barca y caminaron por unos cuantos metros donde una enorme puerta se abrió y ya dentro la habitación se vio iluminada por el fuego de las antorchas. El salón era enorme, las paredes oscuras parecían talladas con obsidiana al igual que el suelo. Un trono adornaba gran parte de la habitación y a su lado había otra puerta hecha de madera oscura y huesos adornaban el marco de esta.

Un frío que le recorrió la columna vertebral lo hizo darse cuenta de la presencia del señor del Mictlán. Xólotl se inclinó por respeto y Seth lo imitó, después de todo no era bueno retar al dios de la muerte y en sus dominios.

- retírate ahora

No entendía nada, iba a salir de ahí cuando se dio cuenta que en realidad le había dicho a Xólotl. El dios canino acato la orden sin decir nada y ni siquiera darle una mirada a Seth.

- levántate, es contigo con quién necesito hablar

¿Hablar con él? ¿Qué estaba pasando?

- mírame cuando te hablo. - ordenó.

Sin otra opción Seth levantó la mirada topándose con la mirada fría y aterradora del señor del submundo, Mictlantecuhtli. Este tenía la mayor parte del cuerpo en estado de putrefacción, algunas extremidades como manos, pies y la parte del pectoral izquierdo estaban sin carne, solo se podían apreciar los huesos. Su cara conservaba parte de la carne, pero no tenía su ojo derecho y el cabello parecía haber sido negro, pero ahora estaba en un tono gris.

- debes tener muchas dudas, eso lo sé y no me gusta andar con rodeos, pero como eres un dios de otro mundo me veo obligado a explicar lo que sucede

Antes de seguir, Mictecaccihuatl entro un momento por la única puerta que parecía no llevar algo bueno. Ella amablemente les ofreció a su esposo e invitado algo de beber y comer. Ambos aceptaron la bebida y fue cuando ella se retiró por el mismo lugar por de dónde vino.

- hace mucho que llevo aquí. - empezó a explicar. - he visto morir y nacer 5 soles, quizás no sea la gran cosa comparado a la existencia de otros dioses mucho más fuertes que yo. - miro a Seth a los ojos. - Te he llamado porque considero que serías un excelente gobernante del Mictlán, mi sucesor...

Si no fuera porque Seth ya había terminado su bebida la habría tirado de la impresión.

- Xólotl me ha hablado de ti, has hecho un trabajo eficiente en el mundo de los vivos y en vista que no puedes o no sabes cómo volver a tu hogar tu estancia aquí será larga. Puedes hacer una vida aquí como el nuevo señor del Mictlán o negarte y ser un esclavo

Sinceramente no esperaba dicha oferta, era muy extraño. Aun así la idea le disgustaba un poco porque no quería tener algo en común con Osiris que ahora era el rey del Duat.

- disculpe, pero no puedo, creo que alguien más sería perfecto para ese puesto. - dijo tratando de no sonar duro o que delatara su desagrado.

- ¿Qué te preocupa? ¿A qué le tienes miedo?

Rey del Inframundo (especial de día de muertos/Halloween)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora