Prólogo.

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Mis tacones resonaban en el piso de mármol mientras caminaba hacia mi oficina. No tengo mucho tiempo perteneciendo a la empresa, pero me he ganado mi lugar con mi trabajo. Eso le molesta a la gente, que yo haya llegado y en cuestión de unos días, mi jefe tuviera listo mi propia oficina.

Eso gano con mi trabajo, claro si con trabajo me refiero a un extra como meterme a su cama a escondidas de su esposa. Las envidiosas de la empresa dicen que conseguí tan rápido lo que tengo porque me acuesto con el jefe, y tienen toda la razón... Sólo que también sé hacer mi trabajo profesional.

No me preocupa lo que digan de mí, que hablen lo que quieran, después de todo, todo el mundo seguidor de la revista a leído sobre mis experiencias sexuales. Eso me lleva a un tema con mi amiga más cercana.
"Si no te importa que todos conozcan tu vida sexual, ¿Por qué ser anónima?"

Bueno, no soy anónima porque no quiera que la gente sepa éstas cosas sobre mí; es por el simple hecho de causar más emoción en los lectores, causar ese interés por la persona detrás de esos relatos. No sé, es idea mía.

Cierro la puerta de mi oficina y me siento prendiendo mi computador rápidamente, hoy tengo ganas de trabajar.

La gente que me conoce en la actualidad me ven como una persona que sabe lo que hace cuando a sexo y relaciones íntimas se refiere, creen que por alguna extraña razón nací sabiendo lo que hago; bueno, precisamente relato ésto sobre mí, porque no siempre fui "Perfecta" como muchos dicen.

Abro mis archivos y busco la primera historia que publiqué. Una sonrisa se escapó de mi boca al recordar todo perfectamente.

Soy Jessica Trevor y esta es mi historia.

Mis relatos eroticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora