Capitulo 2: Un duro golpe

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-Niños saluden a su nuevo hermanastro- sin despegar la vista profunda de el

-Señorito- respondieron ambos a la orden de su madre haciendo una pequeña reverencia 



Había caído la noche Fye en su habitación convivia con su padre quien de un suave pañuelo revelo aquel obsequio, un libro.

-Utopia- leyó Fye el titulo marcado en el

-Significa paraíso- sonrío- Tal vez es pesado para un niño, pero podemos ponerlo en la biblioteca- tomando el libro de las manos del pequeño

-¿Me leerás algo?

-Estoy muy cansado 

-Y eres casado ahora 

-Si, casado- con una suave risa le contesto al pequeño niño- Pero primero soy un padre, hemos sido inseparables tú y yo desde siempre creo que nos costara trabajo acostumbrarnos... ven- menciono arropando al niño pues ya era casi hora de dormir

-¿Viste como tomaban su cena?

-Jaja si- no pudo evitar soltar una pequeña carcajada a la curiosidad de su hijo 

-Fue perfecto como un baile- mencionaba entusiasmado 

-¿Te gustan?

-Mucho

-Bien, porque tendre que ir a Ciudad cerezo muy pronto

-¡Pero si apenas regresaste! - se quejó el pequeño

-Lo se

-¿Por cuánto tiempo?

-Solo por tres semanas

-Una

-Dos

-Una- insistió el rubio

-Dos- ambos se miraron y se retaron a un pequeño juego de papel y tijera que gano Fye

-Está bien una- divertido y derrotado sonriendo- Vamos a dormir- un beso en sus mejillas y su frente- Buenas noches- retirándose de su habitación

Dos semanas después...

Ashura salía para montar a su caballo con una pequeña molestia en su brazo izquierdo que no le tomo importancia.

-Nunca había visto tantos rostros tristes por aquí- dirigido a su familia quien esperaba para despedirse- Regresare en una semana

-Entonces vete, mientras más pronto te vayas más pronto regresaras- menciono la baronesa y dio un beso a su esposo

-Tal vez entonces ya serán buenos amigos- mientras acariciaba el cabello de sus hijastros- Espero que les enseñes las costumbres de por aquí- se agacho a la atura de Fye- La baronesa no está acostumbrada a molestarse por nada- rio abrazando y depositando un beso sobre la mejilla de su hijo quien aguantaba un poco las ganas de llorar; no quería que su padre se volviera a ir

Subió a su caballo una vez más el dolor en su brazo se hizo presente con un poco más de intensidad y una vez más el ignoro aquel dolor con una mueca de preocupación, pero dejándolo ahí, tomo la rienda del caballo agradeciendo a Touya quien se la entregaba.

-Que tenga buen viaje señor amo

Con una última mirada a su hijo partió a la salida de la finca.

-Vamos niños a sus lecciones- menciono la baronesa dándose la vuelta dispuesta a entrar en la casa

-Esperen, es tradición siempre se despide desde la reja- menciono el pequeño rubio

Con una mirada seria la baronesa lo ignoro y siguió su camino; Fye corrió para poder ver a su padre despedirse cuando vio a este caer del caballo.

Por siempre Ceniciento: Su historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora