Cada vez que Felix detallaba un cuadro de mariposa le causaba curiosidad, y justo cuando está al frente de uno, ladea su rostro y echa un suspiro, su mano por alguna razón tiembla cuando intenta tocar la pintura. Los latidos de su corazón empiezan a acelerarse cuando siente la presencia de alguien en la habitación; su olor, su esencia y hasta su respiración se sienten como si estuviera sumergiéndose en lo profundo de esos ojos negros.
-¿Te gustan? -pregunta Chan deslizando sus ásperos dedos por el brazo del omega hasta que llega a su dorso y termina entrelazando su gran mano con la de él mientras ambos tocan el cuadro.
Felix no tenía una respuesta clara, la incertidumbre de esa sensación no podía ser explicada con palabras, no ahora. Aquella mariposa le produce un vago recuerdo borroso cuando compartió su celo con el alpha, la excitación de aquella noche nubló por completo su juicio hasta que dejó su consciencia a un lado y se sucumbió a los fuertes brazos de Chan que lo reclamaban una y otra vez.
-No lo sé... -susurra Felix observando por última vez el cuadro, pareciera que tuviera vida-. Es muy raro -alza su rostro y se queda concentrado en la mirada del alpha. Algo había cambiado, pero ¿Qué era?
-¿Qué sucede? -murmura Chan dando un paso hacia adelante hasta que lo arrincona-. Estás nervioso -se inclina hacia el omega y para su sorpresa Felix agacha su mirada.
El alpha suelta la mano del omega y termina alejándose, sus ojos observan el cuadro y sonríe. Felix jamás sabrá lo que esconden sus mariposas.
-¡Eres un maldito! -chilla el omega frustrado y no deja que el alpha vea su rostro sonrojado. La vergüenza le podía más, pero Chan agarra su muñeca con fuerza y no permite que salga de la habitación.
-¿Lo soy? -el alpha se sienta sobre el reposabrazos del sofá y atrae al omega para luego sujetar su delgada cintura-. No me escondas tus emociones. Me gusta cuando te sonrojas.
Felix enseguida le tapa la boca con la palma de su mano y respira profundamente. Cuando Chan decía cosas tan directas y en un tono serio, colocaba a su pobre corazón alborotado, su mente entraba en un estado de shock, porque no sabía cómo sentirse respecto con él, no quería darse cuenta de que el alpha estaba haciendo un espacio junto a su alma.
-Deja de decir estupideces...
-¿Por qué? -su rostro se acerca al abdomen del omega que estaba cubierto por un buzo y arruga el entrecejo al ver que añoraba tenerlo desnudo en su cama y con las ganas no se iba a quedar, así que sube un poco la prenda y sus labios dejan varios besos sobre su tersa piel mientras escucha como él jadea en un tono bajo.
-Chan, detente... -sus palabras fueron acatadas por el alpha quien de inmediato deja de besar aquella parte, sin embargo, él abraza su cintura y se deja caer en el sofá con su cuerpo encima.
-Me gusta tu sonrisa -halaga mirándolo-. Me gustan tus ojos y más cuando me miras, porque siento que... -su boca queda sellada de nuevo y siente que su corazón estaba recibiendo una cantidad exagerada de felicidad cuando observa el rostro completamente rojo del omega.
Felix estaba muriendo de la vergüenza, de verdad que no podía seguir escuchándolo, porque no sabía quién estaba peor, si él o Chan porque podía sentir como los latidos del alpha estaban acelerados.
-¿Qué comiste hoy? -dice riéndose al ver que él muerde su mano y le voltea los ojos en blanco como un niño malcriado.
-Te juro que hasta tengo poemas de amor para ti. No tienes por qué avergonzarte.
-Excelente, ahórratelos para ti.
-Que malo eres con este alpha -desliza sus manos por los costados del cuerpo del omega y termina haciéndole cosquillas hasta que Felix se zafa de su agarre y queda sentado sobre su pelvis sin prever cierta cosa de gran tamaño.
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Omega pandillero › chanlix
FanficFelix prefiere alejarse de los alphas, pero cuando se trata de una pelea, no le tiembla la mano a la hora de atacar. Siendo el líder de una pandilla quien controla el distrito, ha tenido serios problemas, sin embargo, nunca ha perdido una disputa. ...