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Eran las 11:00 p.m. , acababa de salir de mi trabajo en un restaurante de comida rápida, tristemente no tenía coche, así que debía caminar, podría tomar un autobús pero apenas ganaba lo necesario para mi renta.
Llevaba menos de media hora caminando y ya un señor me estaba persiguiendo, intente meterme a un restaurante pero todo estaba lleno, Tokyo en fin de semana siempre solía estar explotando de gente. Entonces fue cuando vi a mi salvación, un chico realmente guapo que parecía salido de esas revistas famosas, tenía dos opciones caminar miles de horas hasta que el señor se cansase de seguirme o acercarme a él y perder mi dignidad pidiéndole ayuda, la segunda era mejor ¿verdad?
Entonces me acerqué a el chico salido de la revista con aires peligrosos que se encontraba de espaldas, o él era muy alto o yo era muy pequeña, tenía que alzar demasiado el mentón para ver su cara y es que me llevaba una cabeza de mas.
—Necesito tu ayuda.
Dio la vuelta y bajó la cabeza, me observo enarcando una ceja en señal de confusión, dándome cuenta de sus ojos grises.
—Un hombre me esta persiguiendo y necesito que fingas conocerme— salí de mi ensoñación con su rostro volteando a mis espaldas para señalarle a la persona disimulando.
—Bien— dijo mirando al señor que venia caminando detrás de mi.
Tomo mi mano en cuanto llego el señor hasta nosotros y me acerco mas a él, causando en mi una extraña electricidad recorriendo mi cuerpo.
—Oye— el señor se dirigió a mi y luego miró nuestras manos—¿Conoces a este tipo?
—¿Necesita algo, señor?— declaro con un tono tajante el chico guapo observando al señor—Y soy su novio, ¿hay algún problema?— agregó mirándolo sin expresión en su rostro.
El señor se fijo en el chico de alado mío.
—Parece que me he equivocado, disculpe— soltó avergonzado al notar que no estaba sola como él creía, salió corriendo perdiéndose entre tanta gente.
El chico lindo terminó desuniendo nuestras manos y dando dos pasos hacia atrás.
—Gracias, por eso—Voltee a verlo después de que se marchara el señor.
—No te preocupes, cualquiera lo haría—Respondió con desinterés mirándome de reojo, me dio una última mirada para darse la vuelta alejándose y perdiéndose entre las calles.
Yo simplemente me quede embobada mirando como se alejaba decidiendo que ese hombre era el chico mas hermoso que había visto en mi vida.
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