Se mueve tan silencioso y rápido entre los árboles, que parece un animal más. Esa familia de simples humanos que entra en busca de refugio, ni lo ven acercarse. Casi se ve tentado a deshonrar al hijo mayor, pero ellos no son los únicos que están entrando en el bosque y opta por acabar rápido con su sufrimiento.
La escena con la que se encuentran los soldados es digna de una tragedia: una familia descuartizada, sangre y tripas por todos lados y un único superviviente. Un joven arrodillado en el suelo, llorando con tanto dolor, que hasta los fríos corazones de los guardias se ven afectados.
A pesar de eso, ellos no recuerdan que en esa familia hubiera un quinto miembro y alzan las armas, apuntando a la cabeza del joven.
