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Historia nueva!! Y antes de empezar a leer, es necesario que  miren el video 💘 disfruten.
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Cualquiera que vea a ambas familias pensaría que son perfectas, incomparables y admirables. Pero la realidad es que las apariencias casi siempre engañan.

Los problemas intrafamiliares y entre distintas familias, existen. Existen en todas las clases sociales. Y sobre todo, en las mejores familias.

Los Galán y los Cuervo, solían ser buenos socios. Habían cerrado desde hace muchísimos años un sin fin de contratos entre las empresas de cada uno. Contratos que favorecían tanto a unos, como a los otros.

Don Joaquín Galán y Don Roberto Cuervo se conocieron en una junta de negocios muy importante que se realizó en Miami. Para ese entonces ambos  eran muy jóvenes, y con el pasar de las reuniones y de los contratos, se hicieron grandes amigos y socios.

Como ley de vida, al poco tiempo ambos encontraron sus respectivas parejas; Engracia y María. Sus fieles compañeras que al igual que ellos, también eran muy unidas y muy buenas amigas. Y por supuesto, acompañaban a sus maridos a todos y cada uno de sus viajes de negocios.

La primera pareja en completar su familia con una criatura, fueron los Cuervo.

María, luego de 9 meses de un embarazo tranquilo y sereno, tuvo a un hermoso bebé, al que bautizaron con el nombre de Joaquín Roberto Cuervo. Desde ese entonces María no acompañó nunca más a su marido, puesto que queria dedicarle todo su tiempo al nuevo integrante.

—Y tú serás el padrino, compadre —Dijo Don Roberto, abrazando a su fiel amigo. —El nombre de mi primogenito, va en tu honor.

—Venga hombre. Que es una dicha para mí ser padrino del primogénito de un gran empresario, hermano del alma. Los tres, para cuando Joaquín crezca, seguiremos trabajando por el futuro de nuestras empresas.

Pero del dicho al hecho hay un gran trecho.. y en ocasiones como esta, existe mucha distancia entre lo que uno dice y lo que hace.

No había pasado demasiado tiempo desde que Joaquín había nacido. Tan solo tres años, cuando entre ambas empresas empezaron a haber diferencias. Y esas diferencias laborales se vieron reflejadas en el vínculo personal que existía entre las dos familias.

Las cenas que antes terminaban en pura felicidad por un nuevo cierre de contrato, o por nuevos ingresos a las empresas, comenzaron a terminar en discusiones, en desacuerdos, en discrepancias, que con el pasar de los meses iban siendo cada vez más y más irremediables.

—Joaquín por favor, tienes que pensar con la cabeza fría. Somos amigos los cuatro desde hace muchísimo tiempo, que lo laboral no afecte la relación que tenemos con ellos. —Dijo Engracia tratando de calmar a su marido, quién se encontraba bastante alterado luego de una cena con la familia vecina.

—Justamente con la cabeza fría estoy pensando, mujer. Se ha robado acciones de nuestra empresa, y yo te prometo que el que roba a la familia Galán pagará las consecuencias.

Al parecer Don Joaquín decía muchas cosas, y solo algunas las cumplía, tristemente en esta ocasión, ésta no fue la excepción. A diferencia de su inconclusa promesa de luchar junto a su ahijado y compadre por el futuro de las empresas, ahora si cumplió con la promesa de liquidar a quien le hacía una mala jugada a su familia y a su economía.

Tan solo el sábado siguiente, cuando Don Roberto se encontraba en un viaje de negocios por Estados Unidos, fue encontrado muerto en la bañera de su departamento en Miami.

De primera impresión creyeron que había sido un suicidio, pero investigando cada parte del lugar y analizando la escena, se dieron cuenta que se trataba de una escena perfecta de un crimen.

Amor BravíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora