Strange dynamic | Único capítulo

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A veces se preguntaba si la amaba

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A veces se preguntaba si la amaba.

Joder, Julieta. ¿De vuelta con eso? — Era lo único que él respondía para luego volver a lo suyo.

Con el tiempo había dejado de preguntarlo. El anillo en su dedo era lo único que le recordaba que, ah, sí... Estaban juntos.

La noticia de su unión había tomado a todos algo por sorpresa. Julieta y Joel, ¿Julieta y Joel? Nadie esperaba que mujer tan adorable, gentil y amorosa tuviera todas sus luces encendidas a la hora de decir "Sí, quiero." a un hombre frío, cruel y desapegado como Joel.

Pero había sucedido así hacía ya seis años en el pequeño pueblo de Jackson.

Julieta se sentía unida a él emocional y físicamente. Él era aquello que ella buscaba cuando su mundo se caía a pedazos y él no dudaba ni un segundo en sostenerla. Los momentos donde sus vidas flaqueaban era donde más se encontraban, donde recordaban porqué eran lo que eran.

Pero Julieta comenzaba a suspirar con más frecuencia y la cama se sentía cada vez más fría.

Nadie está sano en un apocalipsis. Nadie tiene todos los jugadores en fila en un mundo tan destruido como este por lo que con el tiempo, había decidido dejar de esperar algo de él y su corazón. Inclusive los primeros dos años de matrimonio fueron cuestionables.

—Espera, ¿Dijiste marido?-

Era una pregunta frecuente cada que hablaba de él. Si, marido. Nadie lo creía por más que mostrará su anillo o aunque él estuviera ahí para confirmarlos.

Tuvo cada etapa para pensar si realmente era lo que deseaba para su vida. Esa extraña dinámica. Ellos. Amigos. Amigos que tienen citas. Amigos que tienen sexo. Novios. Concubinos. Prometidos. Casados. 

¿Divorciados?

—No— Dijo en un respiro agitado, dejando su equipo de croché sobre sus muslos. El simple hecho de pensar en esa palabra, le revolvía el estómago.

—¿No, qué?

Volteó al oír su voz desde la cocina. Sus ojos se encontraron con los del mayor que la observaba con el ceño fruncido mientras molía su café.

—...Olvidé algo en la lavandería del centro. Sólo eso—. Murmuró devolviendo sus ojos a la lana marrón.

—¿Quieres que vaya a buscar eso que olvidaste? Está haciendo demasiado frío y hace poco saliste de ese resfriado— Su grave voz resonaba alrededor de la cocina, mezclándose con la madera que se craqueaba caliente en la chimenea al otro lado del living donde ella estaba sentada.

—No. Déjalo, está bien.

—Ten. Té— El mayor le tendió su taza color amarillo con té de manzanilla. El aroma a café y té se mixeaba en el aire, sus esencias, sus personalidades. Ella tan dulce y liviana, él, oscuro, amargo.

STRANGE DYNAMIC | JOEL MILLERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora