왕 ⬫OLDER ︵

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Quien iba a pensar que después de 10 años se encontraría nuevamente con aquellos ojos tan brillantes y expresivos.
Aquel verano hace 10 años puso su mundo de cabeza, se sentía tan bien pero al mismo tiempo era tan incorrecto. ¿que pensarían los demás al enterarse que se enamoro de alguien mucho menor que él?.

10 años atrás

— ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Y tus padres?

— Mis padres me enviaron a su casa señor Hwang.

Miro con confusión al pequeño pelinegro que le miraba con emoción.
Tenía una pequeña ramita en el cabello enredada y el rostro lleno de tierra, había estado jugando en el jardín, eso era seguro.

— ¿A qué te enviaron, pequeño? —. Se recargo en el marco de la puerta dándole una tierna y amable sonrisita.

— Quiero que me dé trabajo —. el pequeño pelinegro hablo fuerte y emocionado dando unos pequeños saltitos de emoción. — Trabajo de verano

— ¿Trabajo?.

Miro entrenecido al niño, no entendía exactamente a qué se refería.
Conocía a Kunhang desde que era prácticamente un bebé, su familia se había mudado a la casa de al lado cuando él estaba en el último año de la universidad. Solía hablar poco con los Wong, y que su pequeño hijo se apareciera en la puerta de su casa le había llenado de curiosidad.

— Trabajo...¿Puede?

— Bueno, no puedo darte un trabajo como tú quisieras —. Suspiro limpiándose las manos en su pantalón observando la carita de tristeza del menor.— Pero...Puedo darte una tarea y pagarte a cambio, pero debes ser responsable.

— ¡Lo seré! ¡Lo seré! —. El chiquillo dió varios saltitos en su lugar mirando con alegría al mayor.

Le sonrió dejando espacio en la entrada para que pasara, le tomo de la manita para dirigirle al salón.

— Kuma —. Hablo fuertemente en el borde de la escalera

No tuvo que repetir lo que había dicho al ver al pequeño perrito bajar corriendo directamente en dirección al niño quien le recibió con un pequeño chillido de emoción.

— Tú tarea será cuidar a Kuma este verano —. Tomo al pelinegro para subirlo al sofá dando unas palmaditas para que el animalito subiera .— Vas a venir por las tardes a darle de comer, sacarlo a pasear al jardín, hacerle compañía y yo te daré 20 dólares por día.

— ¿Con eso podré comprar juguetes?

— Podrás comprar lo que tú quieras, pequeño Dery.

— ¡Acepto! Seré el mejor amigo de Kuma.

Y así fue...
Todas las tardes el pequeño pelinegro se presentaba en su casa para cuidar al perro, salía un momento a jugar con él al patio delantero y se encargaba de asearlo y alimentarlo. Realmente se estaba esforzando.

Una de tantas tardes había notado que el chico estaba inquieto, más de lo normal. Boto sin querer un vaso con agua cuando le llamó por su nombre, olvidó llevarse la correa de Kuma y tuvo que perseguirle por la avenida hasta atraparlo.
Hendery parecía nervioso e incluso asustado por estar cerca de él.

— Ve y lávate, te prepare de merendar.

El pequeño sintió dejando al perrito en el piso para correr hacia el baño.
No tardo mucho en regresar sentandose para poder comer junto al mayor.

— ¿Te pasa algo? —. Le pasó el plato junto a los cubiertos mirando al menor con curiosidad.

Se quedó en silencio un momento como si estuviera dudando en hablar, se notaba la confusión en sus lindos ojitos avellana.

— ¿Que es el amor? ¿Y el matrimonio?

El cuestionamiento del más pequeño le tomo por sorpresa, tenía 10 años, ¿Cómo es que sabía aquellas palabras que podrían ser tan intrincadas y revoltosas para un niño?

— Bueno Dery...No sabría explicar con seguridad que es el amor, pero. El matrimonio es el momento en el que dos personas que sienten mucho amor unen sus vidas para siempre.

— ¿Yo me matrimoniare?

Soltó una carcajada al escuchar al joven negando con su cabeza.

— Casarte Dery, al contraer matrimonio te estás casando pequeño. — Se sentó frente a él tomando una taza de café para beber de esta.

— ¡Yo me casare con usted!

El grito del más joven le tomo por completa sorpresa, casi atragantandose con el café busco una servilleta para limpiar sus labios frunciendo el ceño al mirarlo.

— ¿Qué dices?...No Hendery .— Hizo un esfuerzo para no volver a toser por la sorpresa relamiendo sus labios.

— Será mi esposo.

Se levantó de la mesa dándole una tierna sonrisa revolviendo su cabellito azabache al pasar a su lado.

— Eres muy pequeño para pensar en esas cosas, Hendery