6. No puedes renunciar

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Pov Poché

Calle como la ciclotímica que es hizo como si nada los tres días que pasaron. Sigue con su pésimo humor de costumbre, pero cada ves que se sube en el ascensor conmigo sigue colocándose muy cerca, algo que aunque niegue me pone un poco... muy nerviosa

Algo dentro de mi quiere que ella me mire y me diga me pasan cosas contigo, otra parte quiere que ella se aleje y se mantenga así... lejos, otra parte un poco más profunda quiere gritarle que sus señales son jodidamente confusas, que es una idiota, a esa parte la convence otra que me dice constantemente que un beso no fue nada y que no somos nada más que una secretaria y su jefa, cosa que por un lado es cierto, por un lado muy grande. Pero odio sentir esto nuevo y no saber que hacer con eso, hacia tanto tiempo que nadie me perturbaba de esta manera y si, ella me perturba, como ahora que estoy parada frente a su puerta, observando la madera como si tuviera visión de rayos x, hablando conmigo misma en mi cabeza, ya parezco el de fragmentado con las mil personalidades. Llamo finalmente a la puerta

- Pasa - me hace señas con la mano mientras discute por teléfono, se levanta para pararse frente al enorme ventanal abriéndolo un poco, el aire que entra deja que el aroma de su perfume viaje hasta mi nariz, lo huelo serrano los ojos y acto segido agacho la cabeza para no ponerme... bueno no tanto - TE DIJE QUE ESE CONTRATO ¡ no me importa, no me interesa como, JULIÁN LA DUEÑA DE ESTA EMPRESA SOY YO  - ¿ escuche bien ? - quiero ese contrato a primera hora firmado, ya te di demasiado tiempo, usa tu encanto y has que lo firmen - corta - siéntate - ahí su tono autoritario de nuevo, ni hola, ni permiso, ni por favor, ni gracias - ¿ que papeles me trajiste ? - se puso a mirarlos y yo miro como lee, se para, camina y frena detrás de mi, acercándose a mi hombro - hoy no traes perfume -

- Así evito que te de curiosidad saber cual uso -

-¿ Que harás cuando quiera saber sobre tu ropa ? - me susurra al oído y la piel se me encrespa acelerando mi pulso - vendrás desnuda a trabajar para evitar que te pregunte - se enderezó y masajeo mis hombros - porque quisas luego me de curiosidad saber que ropa interior usas ahora -

- Mira Daniela - me paro quedando frente a ella

- Señorita Calle estamos en el trabajo -

- Es mi jefa...

- El cielo es azul y este bolígrafo es negro ¿ vamos a empezar a señalar lo obvio ?  -

- Al lo que voy es porque... - paso la lengua por sus labios y me congele viendo su boca

- Porque que, que des tantas vueltas para completar una idea me irrita, vete y cuando sepas lo que quieres decirme vuelve  - aprieto los puños - una cosa más - me detuve dándole la espalda - no dejes pasar a nadie, pero a nadie ¿me escuchaste? o no seré tan linda y amable como lo he estado siendo y por nadie me refiero específicamente a gente de mi familia -

Salgo de la oficina bastante ofuscada ¿quien carajos se piensa que es? ¿había conocido la etapa amable? que suerte la mía y yo que pensé que no podía ser peor

Estoy tan absorta en mis pensamientos que no me doy cuenta de que había alguien delante de mi. Es una mujer algo mayor, no se decir bien que tan mayor ya que se nota que tiene varios retoques quirúrgicos, de esos que si el cirujano es bueno te rejuvenece hasta el alma y al parecer el cirujano es bueno porque es difícil darle una edad aproximada a esta mujer

- Hola cariño - pasa su mano por delante de mi cuando me quedo congelada viéndola ¿se parece a la arpía? digo Calle, se parece a Calle o Calle se parece a ella -¿ esta mi hija ? -

-¿ A quien busca ? - pregunta estúpida si es igual a Calle

- Bueno pensé que el parecido me delataria, siempre dicen que parecemos hermanas - largo una risa para nada contagiosa - con todo lo que me costó tenerla, lo menos que puede hacer es salir parecida a mi. Busco a mi hija Daniela Calle -

Odio a mi jefa (Caché) adaptada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora