Diez

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Taehyung

Solo habían pasado dos días desde que había visto a Jungkook, sin embargo, aún no podía sacarlo de mi mente, al parecer, no era el único.

―Lindo. ―jimin saludó con desánimo al chico al otro extremo de la barra que inclinó su copa en nuestra dirección, suspiró mientras se llevaba su copa de Martini a la boca―. Pero no es Jeon Jungkook.

―¿Podríamos no ir allí de nuevo? Tu interés está rozando el acoso.
―Bueno, supongo que siempre hay de ese tipo. ―Inclinó su vaso en dirección a un hombre mayor que se parecía seriamente al doctor Hannibal Lecter de El silencio de los corderos.

Estaba de pie en un rincón, mirando lascivamente en nuestra dirección y cuando nos atrapó mirándolo, su sonrisa de dientes raquíticos creció ridículamente amplia.

Me habría sentido más seguro si Hannibal hubiera tenido la máscara de cuero envuelta alrededor de su rostro―. Estoy seguro que él estaría feliz de romper el sello de tu revirginizado útero... antes de comerse la mitad de tu rostro.

―Creo que pasaré, tengo otras oportunidades, sabes, Park Seojoon me envió un mensaje hoy.

―Oh, sí. ¿Y aceptaste salir con él?
―Estaba ocupado, no he tenido tiempo para responderle todavía.
―Lo estás evadiendo porque deseas a Jungkook, lo sabes.

―No lo estoy.
―Eres demasiado, no estás ocupado ahora. ―Hizo señas al camarero, señalando su vaso vacío―. Adelante.

Esperaré, escríbele y dile que vas a salir con él, si no estás esperando por Jeon Jungkook, entonces no hay nada que te detenga, tu limpieza está a punto de terminar de todos modos.

―Lo haré.

―Estoy esperando. ―jimin tamborileó sus dedos sobre la barra, necesitaba probar que se equivocaba. Saqué mi teléfono y mandé una rápida respuesta a Seojoon.

―¿Feliz? ―Le mostré mi teléfono para que pudiera ver la palabra enviado en la pantalla, lo arrebató de mi mano y leyó mi respuesta.

Gracias, sin embargo, tengo otra semana de locura, prometo ponerme al día contigo la próxima semana.

―No le estás diciendo que saldrás con él, lo estás atrasando otra semana.
―Pero estoy ocupado. ¿Cómo querías que respondiera? golpeteó en mi teclado y giró el teléfono en mi dirección.

Por suerte, no había presionado enviar, su mensaje decía:

Pensándolo bien, no creo que pueda esperar una semana más, ¿cena el sábado por la noche?

―No soy tan atrevido. ―Intenté alcanzar mi teléfono, lo alejó hacia atrás, fuera de mi alcance, con una gran sonrisa, dijo:

―Lo eres ahora. ―Presionó Enviar, mis ojos se agrandaron.
―¡No puedo creer que hayas hecho eso!

Ignorándome, nos ordenó dos tragos cuando el camarero volvió con su tercer Martini, no era un gran bebedor, dos vasos de vino era el límite en nuestro habitual viernes por la noche durante la Hora Feliz.

Si soy sincero, vine por la empresa y los aperitivos gratis, la mitad de las personas solteras en los bares de Nueva York hacían lo mismo.

Ninguno quería cocinar en nuestras pequeñas cocinas si no teníamos que hacerlo, todavía estaba molesto cuando mi teléfono vibró en la barra.

El nombre de Seojoon se mostró en la pantalla, volviendo a jimin, levanté el trago que me había ordenado y me lo bebí, luego me bebí el suyo también.

El Jugador - KOOKTAE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora