Un suspiro escapa inconscientemente por cuarta vez de entre mis labios. Mi mente está completamente ocupada por la visión que tengo ante mí, como ya parece ser inevitable cuando él y yo compartimos espacio en una misma sala.
—¿Sabrina? —Una voz me llega desde una falsa lejanía, luchando por tener mi atención—. ¡Sabrina, ¿estás sorda o qué te pasa?!
Un golpe en mi brazo me saca de mi ensoñamiento tan súbitamente que pego un salto en mi silla. Mi corta melena bicolor cubre mis ojos durante un breve instante y aparto los mechones morados y negros rápidamente antes de dirigirle una mirada confusa a la responsable del susto.
—¿Qué pasa?
—¡Que te he llamado tres veces y no me haces ni caso! —responde Marla, mi mejor amiga, con un bufido de irritación—. Estabas mirando a Jason otra vez, ¿verdad? Soñando despierta en lugar de hablarle, para variar.
—No puedo hablar con él, esa es la peor elección que podría tomar. ¿Es que tengo que explicártelo por millonésima vez?
Marla pone los ojos en blanco, echando su melena azul eléctrico hacia atrás. Aunque ya hemos tenido esta conversación miles de veces, mi mejor amiga no parece entenderme, o mejor dicho, no quiere. En su opinión, el mundo es un lugar feliz e ideal en el que todos somos iguales y mejores amigos para siempre, pero la realidad es bien distinta.
Jason y yo no pertenecemos al mismo grupo social, ni de lejos. Mientras que él estudia un doble grado de administración y dirección de empresas con derecho, viste de Ralph Lauren y sale con sus amigos por los lugares más lujosos de la ciudad, yo soy una estudiante gótica de bellas artes cuya vestimenta se basa en prendas negras con cadenas y accesorios con pinchos.
Si alguien nos pusiera el uno junto al otro, seríamos el juego de encontrar las siete diferencias más fácil del mundo.
—¿Y yo tengo que decirte lo estúpido que es ese razonamiento?
—Mira, ya he hablado con él alguna vez y está claro que no le intereso. A él le van las chicas más pijas y a mí deberían gustarme las personas más... de nuestro rollo. Tengo que olvidarme de él, sencillamente.
—A ver, primero, a cada uno le puede gustar quién quiera, que ya somos mayorcitos como para seguir con el rollo de los "popus" y los pringados —dice levantando un dedo para empezar a enumerar—. Y segundo, ¿cómo pretendes dejar de pensar en él si no paras de mirarle cada vez que está a un mínimo de cinco kilómetros de distancia?
—Pues... no sé, dicen que un clavo saca a otro clavo, ¿no? Entonces tal vez tengo que aceptar salir con Mark, ya me lo ha pedido muchas veces y...
—No, no, ni hablar, ese no es el camino —sentencia Marla, dejando caer el tenedor sobre su bandeja de comida, señal de que ha terminado—. Tengo una idea y me da igual si te gusta o no, porque sé que va a funcionar y quiero que muevas ficha con Jason de una vez por todas.
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Amor brujo
Romance{Historia corta escrita para el Desafío "Hechiza al personaje" del perfil @WattpadRomanceES} Sabrina Crowley siempre ha sabido que es la oveja negra allá por donde va, literalmente. Desde niña, ha estado convencida de que las brujas existen y, con e...