CAPITULO 1: RENACER

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Ahí estaba un omega sollozando rodeado de una gran soledad en esa casa, ¿estaba molesto? Si, ¿frustrado? También, ¿dolido? ¿era necesario preguntar?.

Ahhh -El omega suspiro del cansancio, a decir verdad no les guardaba odio, pero si algo de rencor - ¿Por que?, me esforcé tanto para nada, yo...-

-¿Yo he vuelto?- Se podía observar a un omega pelirrojo en esa espesa niebla, arrodillado en la nieve, al lado suyo se encontraba una alfa pelinegra -¿Nezuko?, ¿enserio eres tú?- El omega se acercó a la alfa y la abrazo sollozando, gracias, gracias, era lo único que decía, gracias por esta oportunidad-

-Nezuko, me alegro tanto, ¡estás viva!, ah, pero... mamá, Shigeru, Takeo, Hanako, Rokuta, ellos...- El omega corría apresuradamente subiendo la alta montaña.
-!No!, no es posible..- La escena que presenciaba era horrible, aunque ya lo había vivido seguía doliendo bastante; ver los cadáveres de su familia llenos de sangre, nunca podría afrontar eso. -Yo, no fui capaz de salvarlos, lo siento...-

El omega enterró a su familia y oro por ellos. -Nezuko ven, vamos a limpiar- Era espantoso tener que limpiar la sangre en las paredes de su amada familia, pero nunca la limpio en el pasado y no quería dejar pasar el momento, sabía que algún día visitaría su querido hogar.

-¡Quedó listo!, vamos Nezuko- El omega alistó todo lo que necesitarían, ropa, algo de comida, y un cuchillo, no quería usarlo, pero era mejor estar precavido, pues todavía no tenía su espada.

-Hermano, ¿que pasara con ellos?- El omega estába asombrando, su hermana nunca habia hablado antes -¿Nezuko tu puedes hablar?- dijo el omega restándole importancia a la pregunta de la alfa. -Hermano, estoy recuperando mis recuerdos, antes quería hablar, pero no salían las palabras, ¿estás evadiendo mi pregunta?-.

-No lo sé, no me importan, no quiero pensar en eso ahora Nezuko- El omega parecía triste, desesperado, enojado y lo único que pasaba por su mente eran los muchos insultos que quería decirles a aquellos que alguna vez quisieron llamarse sus alfas...Bastardos, imbéciles, estúpidos, como quería golpearlos, ellos eran unos ¡malditos!....

-Está bien hermano, entiendo- Dijo la alfa sintiendo ya como el aroma dulce de su hermano se iba agriando, su hermano estaba tan enojado y ella lo sabia

-¡YA LLEGAMOS NEZUKO!- habían tardado mucho para llegar pues tuvieron que esperar que el sol se ocultara, pero lo habían logrado, ahora mismo estaban en la casa de su antiguo maestro Urokodaki Sakonji. -¿abuelo?- Si, el omega le tomo tanto cariño a su maestro que prácticamente eran como familia.

La puerta se abrió dejando ver a un alfa de mediana edad, el omega empezó a llorar, su maestro, su querido abuelo estaba ahí, cuánto lo había extrañado, que si pensarlo más, se abalanzó a el, abrazándolo. -¿cerecita? - Oh si, también recordaba eso, el apodo con el que le llamaba su abuelo, era algo vergonzoso, pero estaba feliz, su abuelo no lo había olvidado.

-¿Por qué?, eso es, ¡Totalmente injusto!, tengo todo derecho de rezar por mis padres, de ver a mi abuelo- Hablaba un omega desesperado, ya le habrían prohibido muchas cosas, como para prohibirle eso, ¿acaso no podía tomar sus propias desiciones?, había aceptado las condiciones de ellos, como para que no aceptarán las suyas.
-Porqué no Tanjiro y punto- Decía el rubio de mechones rojos.

-Por qué molestas tanto omega, solo debes de obedecer, obedece- Si, el de la serpiente había utilizado su voz de mando con el.- El omega se puso a llorar, ¿por qué era tan difícil convencer a sus alfas?, no era nada lo que esperaba o lo que su madre le contaba, ¿se había hecho muchas expectativas?

-Tsh, ¿se puso a llorar de nuevo? ¿Es para lo único que sirves omega?.- el de múltiples cicatrices hablo, el odiaba a la gente débil, era innecesario tenerlos.

Poner al omega en primer lugar es lo primordialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora