30 días otp [Obipain]

10. En cuatro.

Niñero de un  Mafioso 

(No pienso mencionar a algun personaje que no sea Obito y Pain o un Akatsuki los demas seran inventados y ya.) 

"Obito espera un minuto, no puedes hacer eso, no quiero hacer esto contigo." Hablo con un tono de voz bajo mientras sus manos intentaban cubrir su boca. Su cuerpo temblaba por el toque de los dedos de aquel azabache que lo tenía aprisionado contra la cama, sus manos apretaban su camisa desabotonada y cerraba las piernas fuertemente cubriendo la ereccion que crecía en sus pantalones desabrochados; abrió ligeramente la boca respirando profundamente sintiendo el peso del poseedor de aquellos ojos color carmesi los cuales lo comian con solo verlo, intento alejarse pero lo tomaron de los ojos con fuerza 'No pienso esperar más ¿te lo dije no.? Te tomare aun si gritas y súplicas... No pienso dejarte.' Fue lo único que le escucho decir antes de sentir su respiración pesada cerca de su rostro, entrecerro los ojos sintiendo como ambos labios se rozaban antes de intentar profundizar un beso.

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Eh vivido en esta mansión desde que tengo diecisiete durante los once años que llevo aquí eh estado cuidando a un pequeño... o bueno ya no tan pequeño ya tenia veintitrés edad, un adulto hecho, su padre falleció cuando el tenía nueve su tío quedó a cargo; el no era el tipo de persona que podía encargarse de un niño entonces me encontró a mi y desde entonces eh estado con este niño todo el tiempo, le enseñó a usar las armas, la defensa propia, todo lo que se debe aprender en la mafia. El era alguien bastante reservado pero siempre le ah hablado de muchas cosas... oh eso era antes, ah cambiado más desde que regreso de un viaje hace dos años. 

•Antes de irme, Obito había empezado a comportarse extraño se llevaba diario varias de mis prendas, aunque no me molestara del todo era cansado el querer recuperarlas, había veces en las que se metía a mi habitación por las noches, era un comportamiento algo incomodo para mi el creer que alguien a quien conoces desde pequeño ahora te está acosando sexualmente, tal vez sus hormonas se estén alborotando, es lo normal... o eso fue lo que pensé; pero era un adulto con veintiuno. Lo dej pasar muchas veces pero un día sin previo aviso se metió a su habitación y se metió bajo las sábanas pasando sus manos por debajo de mi. Tan solo abrí los ojos sorprendido, pero, me quede inmóvil sentía que tal vez debía dejarlo hacer lo que quisiera no pasaría a mayores... fue lo que creí pero todas las noches se metía a mi habitación y toqueteaba alguna parte de mi cuerpo.

Un día decidí tomarme un descanso de esto, sabiendo que aunque no pudiera escapar de una organización almenos trataría de respirar un poco de este lugar antes de volver, ya le había contado a mi Jefe de esto y como si nada dijo que si... aunque fue amenazado de no dejar la organización o delatarla o estaría muerto. Acepte sin más y solo fui a mi habitación a alistar mis cosas... me acosté a dormir y deje mis cosas en un rincón de la habitación alrededor de la madrugada sentí un peso encima de mi, abrí los ojos suavemente cuando siento que una mano agarra fuertemente mi piernas y la otra sujetaba su rostro mientras unos labios se hundían en el, logró separarse un poco pero eso fue algo repentino para el, reprocho al Azabache por haber hecho algo así, lo desprecio por un momento y solo volvió a recostarse pero el peli negro no tenía intenciones de dejarlo. Le intento bajar los pantalones pero el Peli naranja lo saco a patadas de la cama, se dio vuelta y lo saco de la habitación 'No me toques, me das asco.' Fue lo que dije pero... en realidad su mirada me aterro, la manera en que me vio como si fuera a deborarme 'Te tomare.' La manera en la que lo dijo le dio un horrible escalofrío.

No sabía que había pasado con su pequeño Azabache...lo extrañaba y ya ni siquiera lo reconocía...•

Bueno, eso fue hace dos años, tardo en llegar un poco por problemas de su país... se alegro al ver al Azabache pero el se veía totalmente cambiado, había evolucionado a alguien guapo, aumento su velocidad, su fuerza, su musculatura, aprendió a usar las Armas y ahora hace sus propias misiones como si nada, esto lo hizo feliz pues realmente esperaba que se hiciera un gran hombre... pero... volvió a ser lo mismo, solo que esta vez no se metía a su habitación o robaba su ropa, solo le tiraba varias miradas, creyó que era porque lo había dejado y por eso esta enfadado.