Capitulo 10

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21 semanas...

Harry observaba como el ojiazul se miraba la pancita en el espejo

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Harry observaba como el ojiazul se miraba la pancita en el espejo.

—Me siento como una bola gigante— murmuró el omega delineando su vientre sin quitar su mirada del reflejo —Amo a cachorrito, pero no sé si me gusta ser en donde está creciendo. ¿Me explico?

El rizado realmente no le entendió muy bien. A sus ojos, su omega se veía demasiado lindo con su pancita.

—A mi me gusta mucho tu pancita— dijo abrazando al ojiazul por la espalda, apoyando su barbilla sobre su hombro.

—Solo te gusta porque cachorrito está dentro.

—Nop— habló posicionando sus manos sobre la pancita del menor —Me gusta porque tú la luces— sonrió mirando los ojitos azules a través del espejo —Me gusta ahorita con cachorrito adentro y me gustará cuando ya no sea el hogar de cachorrito.

—Cachorrito es demasiado grande por tu culpa— habló con queja. Harry frunció el ceño —Mi cuerpo ahora es raro, alfa. Por tu culpa.

—No es mi culpa…— murmuró con un puchero —... no del todo.

Cuando hablaron con el médico con cierta preocupación sobre la gran pancita del ojiazul, él les dijo que era probablemente un cachorrito alfa, así que no había nada raro en el tamaño.

—Cachorrito ya pesa mucho— dijo soltándose del agarre de su alfa para sentarse a orillas de su cama —No sé si soporte que crezca aún más. Me duelen las piernas y la espalda demasiado— se quejó con un puchero —Mantenerme de pie ya comienza a ser una tortura.

El rizado se acercó a su omega, agachándose entre sus piernas para quedar frente a su pancita.

—Quizás deberíamos hablar con tus padres para que ya no vayas a la escuela, amor— sugirió mientras rodeaba la pancita con sus brazos, entrelazando sus dedos detrás de la espalda de su omega.

Esa opción ya se la habían sugerido hace unas semanas, pero el terco ojiazul se negaba a perder los últimos meses de escuela.

—No lo sé— murmuró inclinándose levemente hacia atrás,  apoyando su peso sobre sus manos.

—No seas terco, omega. Puede ser peligroso para tí y cachorrito que sigas yendo.

Louis hizo una mueca. Entendía que lo mejor era quedarse en casa, pero no quería perder el estar en la escuela con su alfa, sus amigos, su entorno en general.

—Lo pensaré— suspiró.

—Está bien— habló mientras se levantaba para comenzar a ponerse su pijama. Hoy dormiría con su omega —Si es que tomas la opción, podrías ir a buscarme a la escuela o a encontrarme en el camino así no te aburres tanto— sugirió quitándose la camiseta en dirección al armario.

—Por favor no insistas. Lo tomaré en cuenta, pero no te aseguro que tomaré la opción— se quejó acomodándose mejor sobre la cama para apoyar su espalda en el respaldo.

El rizado miró a su omega quejándose mediante el espejo de cuerpo completo que había al lado del armario. Él notaba lo lento y agotado que su ojiazul estaba últimamente,y él sabía que era por la gran y pesada pancita que tenía.

—Está bien, dulce— fue lo último que dijo antes de terminar de ponerse su pijama —Iré abajo a buscar agua, ¿quieres algo?

Louis negó mientras mantenía una mano sobre su vientre y la otra sosteniendo su celular.

Al bajar las escaleras notó que estaba la madre del ojiazul aún despierta, y quizás no debía insistir al respecto, pero se vió obligado a hacerlo.

Si su omega no entendía, tal vez su madre si.

—Señora Tomlinson, ¿puedo hablar con usted?— preguntó acercándose al comedor viendo la cara de duda de la omega —Solo serán unos minutos— añadió.

—¿Pasó algo?

La madre de Louis a pesar de que apoyaba toda la situación, aún le guardaba cierto sentimiento negativo al rizado.

—Quería hablar sobre Louis y su asistencia a clases.

—Siéntate y prosigue— habló con un semblante serio. El rizado le hizo caso.

—Últimamente veo a Lou más agotado de lo normal y me preocupa que esté así en clases— dijo apoyando sus manos sobre la mesa —Me da miedo que pueda pasarle algo mientras no estoy acompañándolo— añadió en un tono más bajo.

La omega lo miró unos segundos manteniendo el silencio antes de responder.

—¿A qué quieres llegar?

—Creo que lo mejor para Lou y nuestro cachorro sería que cerrara el año y dejara de asistir.

—Claro, ahora que está cargando a tu cachorro para qué debería seguir estudiando, ¿no?— dijo obviando el sarcasmo en sus palabras.

—No quiero que lo interprete así, porque no es eso lo que quiero decir— sin querer su ceño se empezaba a fruncir levemente —Me refiero a que pueda acabar su último año antes por su propio bien, no a que deje la escuela tirada sin motivo— tomó un poco de aire para no subir de tono la conversación —Sé que aún lo considera como su cachorro, pero Lou también es mi omega y carga a mí cachorro. No quiero que nada malo les pase. El vientre de mi omega ha crecido bastante y seguirá creciendo, es genial que cachorrito se esté desarrollando bien, pero en parte está agotando a Lou más de la cuenta y cerrarle el semestre antes quizás podría alivianar la carga.

—Lo hablaré con Hans— dijo antes de levantarse y dirigirse hacia su dormitorio.

El rizado se quedó unos minutos más sentado en silencio con la cabeza gacha. Sentía tanta frustración.

Finalmente se levantó, apagó las luces y comenzó a subir las escaleras aún con la reciente conversación dandole vueltas por la cabeza.

—Alfa, tardaste mucho, ¿todo está bien?— preguntó el ojiazul apenas el rizado entró al cuarto.

—Sip, me quedé hablando con tu madre unos segundos— dijo quitándose la camiseta para meterse bajo las sábanas —Todo salió bien así que no te preocupes.

Louis sonrió al sentir que su alfa comenzaba a repartir besitos por su rostro.

Tiny SunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora