Parte 1: el incidente de Kioko Evans.

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10 de diciembre 2001.
10:45 AM.

Soy Kioko Evans tengo 18 años la vida me a jugado mal todo este tiempo, parece que traigo un imán que atrae desgracias todo el tiempo, nunca puedo estar bien todas las personas siempre me tratan como si fuera un ser extraño. Mi familia es lo único especial que tengo o bueno tenía recientemente ellos se han mostrado distantentes conmigo y en parte tengo culpa, debido a que no fui la hija que ellos esperaban. Solo anhelo no estar en este mundo.

Salí de mi casa estaba destrozada ya no aguantaba a nadie, no podía ni mirar a una persona a los ojos, sentía como si todos me detestaran. Siempre cuando salgo es un infierno ya ni he ido a la escuela.

Me dirigí hacia la casa de mi abuela para ir por algo que me encargo mi madre ya quería llegar. Mientras caminaba a la casa de mi abuela iba viendo un pequeño amuleto en forma circular que me recordaba los momentos felices.

—quisiera regresar a mi infancia donde nada me importaba solo era feliz... —susurré mientras veía mi amuleto.

Estaba cruzando la calle que estaba justo antes de llegar a la casa de mi abuela pero un sonido muy fuerte insoportable abundaba en mis odios, eso me distrajo. Cuando voltee vi un coche que venía a gran velocidad hacia mi, no me dio tiempo de reaccionar solo sentí un impacto muy fuerte y caí al suelo, el dolor instantáneo recorría todo mi cuerpo y comencé a sentir mucho sueño y no supe nada más...

???

Escuche un zumbido muy fuerte que me atormentaba mis ojos no se podían abrir y con todo mi esfuerzo logre abrirlos. Veía todo borroso no distinguía mi alrededor.

—Wow al parecer solo fue el susto, creo que estoy bien —dije en voz alta mientras intentaba distinguir mi alrededor.

Cuando empecé a recuperar la vista me di cuenta de que no estaba en la calle, estaba en un lugar completamente diferente parecía estar en una habitación extraña, de color amarillo pálido, el olor era abundante a humedad y un zumbido irritante.

—¿Hola? —hablé esperanzada a que alguien me respondiera.

Al principio pensé que estaba soñando, hasta que hice el clásico truco de pellizcar un brazo para saber si estas soñado, pero yo muy confiada di una mordida fuerte a mi brazo y no fue agradable sentí un dolor muy fuerte fue cuando me di cuenta de que esto no era un sueño... ¿pero que era este lugar?

La verdad estaba muy confundida, solo quería salir de este lugar, así que empece a recorrer el lugar, parecía estar solo y por más que caminara parecía interminable.

—¿Hola?

Camine y camine, parecía un laberinto y empezaba a sentir desesperación, me estaba cansando y comenzaba a sentir hambre. Tal vez solo sea un sueño tonto donde puedo sentir sensaciones reales.

—Como es un sueño podre despertar cuando yo quiera —cerré mis ojos intentando despertar pero no lo lograba.

Después de varios intentos por despertar me comencé a asustar, creía que estaba en una especie de parálisis de sueño pues este lugar no es un lugar muy cómodo que digamos, pero la sensación de estar aquí era tan extraña como si ya hubiera estado aquí antes...

—¿Acaso estaré muerta? —me pregunté a mi misma.

Apenas recordaba que un auto me había golpeado y sentí un gran dolor que por cierto ahora no siento.

—¿Esto será el cielo o el infierno?... —me pregunté.

La verdad es que no se que esta pasando solo quiero saber donde estoy.

Seguí recorriendo este misterioso lugar lleno de humedad por todos lados parecía estas completamente solo. Caminé y Caminé, tenía mas hambre de lo normal cada vez perdía mas energía mis huesos empezaban a doler, en ese momento empecé a ponerme muy sentimental de la nada y luego sentí odio y golpee la pared, e instantáneamente aparecí en otro lugar era muy parecido donde estaba antes, paredes amarillas, pero en este no había tanta humedad como el primero.

Estaba recorriendo el lugar, la sensación nostálgica me estremecía solamente quería dar con las respuestas.

No paso mucho tiempo cuando un fuerte rugido se escucho unos metros de mí me quede paralizada mi piel se puso chinita mi sangre se puso helada, y mi pulso era muy rápido. Era una especie de criatura de color negro de mas de 3 metros que se dirigía hacía mi, solo tenia dos opciones la primera era correr y la segunda era quedarme ahí a esperar que pasaba, pero algo en mi cuerpo hizo que corriera sabía que estaba en peligro y no lo pensé más.

El sonido que emitió esa rara criatura hizo que sintiera una gran adrenalina en todo mi ser segui corriendo hasta que solté llanto.

—¿Que es lo que quieres? —dije mientras lloraba —. ¡Aléjate de mi!

La criatura parecía no escucharme, me seguía persiguiendo en estas largas habitaciones amarillas, deseaba que solo fuera una pesadilla.

El hambre y el cansancio me hacían mas débil al correr pensaba que no alcanzaría a escapar hasta que vi una puerta de color rojo al fondo del pasillo corrí lo más que pude y abrí la puerta, voltee atrás y la criatura ya no estaba por el momento creí que me había librado. Cuando entre ha aquella puerta todo se torno de un color azul, una enorme habitación azul pero esta no era como la anterior esta no parecía un gran laberinto, pues era una habitación completa pero demasiado grande tenía enormes ventanas por todos lados, y una unica puerta que es por donde entre.

Me sentía a salvo en esa habitación no quería salir de ella ya que sabía que si salia volvería a toparme con esa extraña criatura, miré por las ventanas y solo podía contemplar y campo lleno de pasto y niebla, no lograba ver más allá.

Por un instante creí que había salido de ese extraño lugar de las paredes amarillas, pero no había manera de salir de esta habitación azul, solo estaban las ventanas y la puerta roja que por la que ningún motivo quería volver a abrír.

Así que no quedo opción que salir por una de las ventanas.

Rompí una de las ventanas de mi alrededor con mis propias manos logrando lastimarme, mis manos empezaban a escurrir de sangre dejando varias gotas cerca de la ventana pero no me importo y salte la ventana logrando caer en el mojado pasto de ese campo.

A simple vista no lograba ver nada solo niebla y el resto del campo estaba nublado y la poca luz del día me ayudaba a proseguir mi camino.

—Necesito ayuda —grité fuertemente esperando a que alguien me escuchara.

Mientras caminaba solo podía seguir apreciando campo y niebla ya había caminado bastante sin mirar atrás pero no podía nada ni a nadie.

—Holaa —una voz distorsionada.

—¿Hola? —pregunté—. Gracias a dios una persona.

Cuando observe a mi alrededor no podía lograr ver a nadie pero estaba feliz porqué escuche a una persona. Pero luego esa voz empezó a transformarse en gritos desgarradores y luego a rugidos.

Eso me pertubo y lo único que pensé fue en correr, me aterraba la idea de que se escuchara eso sin poder ver nada por la niebla, corrí y corrí en ese campo interminable hasta que mi pie tropezó en una enorme piedra y caí al suelo.

Toda mi ropa estaba empapada pues el pasto estaba muy mojado, mi pie se lastimo demasiado que al pararme no podía caminar muy bien me dolia cada paso que daba, fue el tobillo el que me lastime aun así proseguí mi camino pero el hambre y el cansancio me rondaban y sabía que no podía ir más lejos.

Volví a caer al suelo esta vez quedándome dormida dormida por completo sin importar lo que pasara a mi alrededor.

Volví a caer al suelo esta vez quedándome dormida dormida por completo sin importar lo que pasara a mi alrededor

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⏰ Última actualización: Nov 25, 2023 ⏰

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