Yoongi's version

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Hacía tanto calor que su cuerpo se sentía como si estuviera dentro de un horno. Las manos le temblaban, pues la oscuridad que llenaba esa habitación era tan densa que no le permitía ver absolutamente nada y casi que lo asfixiaba.

¿Dónde diablos estaba? A tientas buscaba algo a lo que aferrarse en medio del desamparo que sentía esta noche sin luna ni estrellas, pero sólo consiguió aumentar su miseria, porque no había nada cerca suyo.

Lo único que no parecía arder en llamas era el suelo, que se sentía frío bajo sus pies desnudos. Con pánico palpó su cuerpo, pero, aunque sonara extraño, no distinguía si lo que tocaba era su piel o una tela exótica, ni siquiera sentía su propio tacto.

Había tanto silencio que pronunciar tan siquiera una palabra parecía un desafío. La tensión en ese aire caliente era tan delgada e impresionante que le aterraba dar un paso lejos de la pared donde estaba apoyado.

De repente, entre tanta angustia consiguió escuchar una voz llamándole, luego unas manos tocándole, todo en aquel momento le parecía atemorizante, por lo que no podía pensar en nada que no fuese escapar de su toque, sin embargo, una fuerza invisible se lo impidió.

[...]

Despertó de golpe, cubierto en sudor frío.

El escalofrío en su espina dorsal le confirmó que definitivamente algo terrible había sucedido. Sin embargo, por mucho que intentaba forzarse a recordar no lograba recabar en su memoria más que simples fragmentos de una tarde simple con sus gatos y su esposo.

Alto.

¿Dónde estaba su esposo?

La habitación que podía reconocer por un par de cuadros en la pared y el televisor se encontraba casi en penumbras, posiblemente era de madrugada, o ¿apenas estaba anocheciendo?

Por alguna razón se sentía confundido, algo dentro suyo le gritaba que huyera, que se alejara de todo y que era el momento ideal para entrar en pánico, pero... ¿Por qué? En el instante en el que estaba a punto de buscar su teléfono para intentar contactar a su pareja, el mismo entró en la habitación encendiendo la luz.

Una parte de él se alivió, pero la otra sólo se asfixió más en el temor aparentemente irracional que estaba sintiendo.

¿Qué estaba sucediendo?

Nada aún.

O quizá ya sucedió.

— Cariño, por fin despiertas, ¿Cómo dormiste? — se sentía más tenso a cada instante, no se daba una idea del porqué.

— ¿Cuánto tiempo he estado dormido? — preguntó, su voz sonando tan ronca como si no hubiese hablado en días.

— Un par de horas nada más. Estuvimos viendo películas juntos en el sofá hasta que me dijiste que te dolía mucho la cabeza y deseabas descansar, ¿No lo recuerdas? — le preguntó genuinamente confundido, acercándose a la cama y poniéndole una mano en la frente para confirmar que no tenía fiebre.

— No, no pueden ser sólo un par de horas — mirando la pared, sus palabras fueron más para sí mismo que para Jimin, algo en su interior insistía en que había pasado un montón de tiempo. El sudor escurría por su frente mientras volvía a mirarlo con tanta angustia en sus orbes que se la transmitió.

— ¿Te sientes bien amor? ¿Quieres que llame a un médico? — sus preguntas no hacían más que causarle ansiedad, miraba a todos lados como si estuviera esperando a que algo o alguien saltase de algún rincón de su habitación para atacarlo.

Sin darse cuenta su respiración se aceleró, un ritmo frenético que hacía que su pecho subiera y bajara como si estuviese hiperventilando. Vio con dificultad (pues su vista se había vuelto borrosa) como su esposo corría a buscar algo en los cajones de su cómoda para sacar de allí un frasco naranja lleno de píldoras.

Strange Dreams | JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora