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"¿Qué te pasa, Toru? Estás actuando un poco... fuera de lugar."
Había una peculiar atmósfera en la casa cuando Satoru estaba presente. Videos estridentes y al azar se reproducían con el sonido a medias debido a que él desplazaba la pantalla muy rápido. Sin embargo, al despertarte de tu siesta, nada de eso ocurría; en su lugar, encontraste a tu novio recostado en el sofá con el brazo cubriéndole el rostro.
"No sé, creo que estoy enfermo," suena tan sin aliento y tu ceño se frunce mientras te sientas en el pequeño espacio que queda en el sofá. Tu mano reposa de forma natural bajo su camiseta para acariciar su estómago, quizás tenía algo que le provocaba dolor de panza?
Pero la forma en que Satoru se estremece ante tu contacto, o más bien tiembla, te hace mirarlo de manera extraña, mientras su mano agarra tu muñeca como si hubiera entrado en contacto con fuego.
"Estás... caliente, Satoru, ¿tienes fiebre?" Tu mano se posa en su brazo para apartarla de su rostro, y su pálida cara está enrojecida profundamente. Perlas de sudor gotean por el costado de su rostro, labios rojos e hinchados que están húmedos por lo mucho que los lame.
"¿Qué hiciste?" Susurras preocupada, y el gemido que él emite por lo suave que suena tu voz antes de empujarte más lejos te deja en un estado de confusión más profundo."No lo sé... cógeme, por favor..." se queja y la mano que una vez te alejó ahora te acercaba más a él. "Tócame, estoy tan jodidamente duro que es tan doloroso", su mano descaradamente apoya la tuya sobre su bulto y te sorprende lo dura que esta.
"tú... ¿quieres que te la chupe?" "Dios, nada de esa mierda", su mano tira de tu camisa. "Necesito que me montes, vamos cariño, necesito sentir ese coño a mi alrededor", la forma en que se baja los pantalones y su polla golpea su estómago, la forma en que te invita a ponerte encima de él... Ni siquiera necesitas que te prepare, ya estabas empapada con esta rara visión del necesitado Gojo satoru.
"Sí... puedo hacer eso", susurras a ti misma y comienzas a frotar su polla. Tu clítoris roza la punta de su sensible pene y casi grita ante el contacto. Tus manos descansan sobre su pecho y le levantas la camisa. Inclinándote, tus labios hacen contacto con su pecho y juró haber visto el cielo por un momento."Eres tan sensible, satoru", susurras contra su pecho."Mierda, te necesito", jadea cuando muerdes su piel. "¡Te necesito, mierda, haz algo--!"Empujas su polla más allá de tus pliegues, tus muslos sosteniéndote en pie antes de hundirte sobre él y la expresión del rostro de tu novio solo podría describirse como de felicidad. Su mandíbula se afloja ante el contacto, sus dedos se contraen y no están seguros de a qué agarrarse antes de posarse en tus caderas y comenzar a rebotar sobre él.
"¡Mierda--mierda--! dios, oh Dios mío", una serie de blasfemias salen de sus labios rojos cuanto más rebotas en su polla, la mirada jodida en su rostro junto con lo flexible que era debajo de ti fueron suficiente motivación para esforzarte más.
Satoru tiene que agarrarse al sofá por un momento en el que disminuyes la velocidad para llevarlo más profundamente dentro de ti. él siente tu excitación goteando por sus pelotas, el sonido de tu trasero golpeando contra sus muslos y la humedad... joder, sus ojos se ponen en blanco.
su cuerpo se siente caliente, sus venas se sienten como si estuvieran a punto de estallar por la intensa euforia; recuerda cuando se sintió así por primera vez, cuando se tocó por primera vez cuando era adolescente, cuando descubrió lo que era la masturbación. se siente avergonzado, los ruidos que salían de su boca eran pornográficos, pero no podía dejar de mirarte fijamente.
Parecías piadosa, su salvadora, tu coño estaba saciando su sed, le estabas dando el regalo de montarlo a un centímetro de su vida y Dios, estaba muy agradecido por ello... por ti. "Vamos bebé, vamos", le susurras y él no está acostumbrado a esto, no está acostumbrado a que lo guíen primero hacia su orgasmo. pero no puede concentrarse, no puede pensar en nada más: ha perdido el control de su voz y siente que está al borde del orgasmo.Se desploma en violentas olas, sus caderas se levantan y te follan desesperadamente, pidiendo más. Él te agradece una y otra vez y el agarre que tiene sobre tus caderas es duro, pero no te importa cuando lo tienes así de desaliñado."Más, necesito más", murmura para sí mismo mientras te empuja fuera de él y notas que su polla todavía está dura."¡Espera, satoru--!""Oh cariño, oh bebé", se sienta y te acerca a él. Tus pechos están presionados uno contra el otro y no tienes tiempo para prepararte para los duros y rápidos empujones que él te da."Tu maldito coño me toma tan bien, joder, estás tan mojada, solo escúchate a ti misma", su mano sube a la parte posterior de tu cabeza y agarra un poco de tu cabello. Su lado sumiso ya no estaba, fue arrojado por la ventana y reemplazado por un satoru que sabía lo que quería e iba a conseguirlo (o dártelo) incluso si eso lo hacía desmayarse."¿Escuchaste eso? Tu coño suena tan delicioso que está rogando por mi boca. ¿Te gustaría eso?" ni siquiera puedes responder, gemidos y llantos se mezclan por tu propio orgasmo se acercaba."Oh, sí, cariño, te gustaría eso. Siempre te ha gustado mi boca chupando ese clítoris. Mierda, estoy tan cerca", él es un desastre parloteando en este punto, con la boca pegada a tu cuello. Tus paredes revolotean a su alrededor y sientes que te folla un poco más antes de correrte a su alrededor con un fuerte grito.Tu cuerpo tiembla y se estremece encima de él, con las manos agarrando sus hombros mientras te encuentras cara a cara con el hombre que te folla estúpidamente. No a sacado su polla aun, dejándola adentro de ti mientras se disculpa "¿De qué?" preguntas sin aliento y lo sientes empujarte dentro de ti nuevamente."Me comí ese chocolate en el refrigerador", jadeas. "Necesito disculparme contigo apropiadamente".su disculpa iba a tomar un tiempo.
