Mis Pinceles Gastados No Te Salvarán - Bungou Stray Dogs

Capítulo Único

"Ryuunosuke."

"¿Sí?"

"Ven aquí, déjame pintarte". Atsushi Nakajima le sonrió a su amante, señalando el lienzo en blanco frente a él.

"No soy tan buen modelo como antes, Atsushi." Akutagawa lo miró fijamente y señaló el tubo que le pasaba por la nariz: "Tengo esto y estoy mucho más enfermizo ahora que antes".

Antes.

El 'antes' al que se refería Akutagawa fue más de ocho meses antes del presente, cuando los dos se conocieron a través de un hombre conocido como Osamu Dazai, el mentor de Atsushi, conocido por su talento en muchos campos artísticos. Antes de que Dazai y Atsushi se conocieran, y Dazai decidiera ayudarlo a dominar el arte de las pinturas al óleo, él era un fotógrafo conocido. Akutagawa había sido su musa en ese campo, pero ni una sola foto del chico había salido al mundo desde la pequeña cámara de Dazai. Al parecer, ninguno de ellos era de su agrado, así que siguió adelante. Cuando comenzó a trabajar con Atsushi años después, llamó a Akutagawa para que fuera el modelo de Atsushi, él estuvo de acuerdo rápidamente, eufórico de trabajar bajo las órdenes de Dazai nuevamente, aunque terminó siendo él y Atsushi solos juntos la mayor parte del tiempo, para su disgusto.

Comenzaron a hablar a menudo, como si fueran amigos, lo que pronto se hizo realidad. Lienzos sobre lienzos estaban llenos de bocetos y pinturas de Akutagawa en diferentes ángulos, iluminaciones peculiares y diferentes fondos. Esos mismos lienzos habían llegado al apartamento de Atsushi y Akutagawa cuando los dos se convirtieron en amantes, aunque Akutagawa se negó a ponerlos en las paredes.

La enfermedad de Akutagawa comenzó a empeorar a medida que pasaba el tiempo, las toses que resonaban por las habitaciones de su departamento apenas cesaban, Atsushi podía escuchar el desgarro crudo de su garganta, era un sonido agonizante.

Una cánula nasal encontró su lugar en la nariz en poco tiempo, no podía pasar más de cinco minutos sin ella, Atsushi sabía que no le gustaba estar tan increíblemente enfermo, parecer fuerte siempre había traído un gran sentido de orgullo a Akutagawa.

Permanecieron juntos, el mundo se oscureció ligeramente cada día, mientras el vals en brazos del otro a través de su sala de estar se detuvo cuando Akutagawa se debilitó demasiado para ello, y Atsushi comenzó a pintar paisajes urbanos en lugar de personas.

Era demasiado difícil ver cuánto había caído su amor.

"No me importa si estás enfermizo, déjame pintarte". Atsushi respondió suavemente a su amor, "siéntate en la silla junto a nuestra ventana, la luz es perfecta esta tarde".

Akutagawa suspiró, acercándose a la ventana, usando su bote de oxígeno como apoyo adicional, cada vez era más difícil caminar. "Lo haré, sólo esta vez, ¿vale?"

Atsushi le dedicó una sonrisa triste y cómplice, "Por supuesto".

Tan pronto como Akutagawa se sentó, Atsushi comenzó a trabajar, había pintado a Akutagawa en un ángulo lateral con esta iluminación exacta más veces de las que podía contar, no era necesario un boceto, todas las características del otro chico las había memorizado, algo que nunca olvidara.

Nunca.

Juró por su propia vida nunca olvidar al chico sentado frente a él, sin importar lo que pueda pasar, esos rasgos siempre permanecerán frescos en el cerebro de Atsushi.