¡recuerden que todo es ficción!
sebastián no consideraba que era una persona que no sabía ocultar sus sentimientos, pero tampoco era de aquellos que se esforzaban para evitar a toda costa que alguien se diera cuenta de lo que sentía, solo era el hecho de que nunca había sentido tan fuerte como para tener que esconderlo.
así había sido siempre, o bueno, así había sido antes de conocerlo a él.
sebastián jamás se había enamorado tanto de alguien, jamás había pensado que el amor podría ser un sentimiento tan fuerte y tan hermoso, sin embargo, y cuando tomás (un amigo que hizo por internet) le presentó a sus amigos de argentina que acababan de llegar junto con él para conocer méxico, no pudo evitar fijarse en aquel chico alto, pelinegro y de expresión neutra que lucía tímido por conocer a personas nuevas.
algo se sembró en sebastián aquel día, algo que le dejó una sensación cosquilleante en su corazón y caliente en su rostro.
y quería descubrir de qué se trataba, por lo que buscó pasar más tiempo con aquel chico.
no lo tenía con su nombre real, pues los amigos de tomás solían llamarse por apodos. claro, conocía los nombres verdaderos de casi todos. únicamente, el de spreen era el que desconocía.
días pasaron, y spreen y él a veces hablaban sin necesidad de estar en grupo, ya fuera el de spreen o el de él. cuando querían, caminaban por las calles, deteniéndose en algún parque cercano para pasear por ahí y mantenerse acompañados de la naturaleza, justo como ahora.
─sebastián- no, yo, ¿puedo llamarte así?
el mencionado ladeó la cabeza, confundido.
─claro que sí... ¿por qué no lo harías?
─es que, vos todavía no sabés mi nombre, y pensé que sería incómodo ─sonríe con algo de pena, haciendo que las mejillas del más pequeño se pinten de rojo, cosa que trató de ocultar al ver hacía otro lado, fingiendo interesarse por el cielo, aunque debía admitir que el color anaranjado que estaba obteniendo era magnífico, como el de una pintura recién hecha─. eh... ¿sebastián?
─tú... tú no te preocupes por eso, wey, que no me molesta ─toma aire, relajándose, para así volver a ver al contrario.
─gracias.
─pero, eso sí, no esperes que te llame spreen toda la vida, cabrón ─bromea, sonriendo y codeando el brazo de su nuevo amigo.
─qué sé yo, boludo, capaz nunca te lo diga ─sigue con el chiste, devolviéndole la sonrisa y golpeando suavemente el hombro del castaño.
ambos ríen, después siguen caminando, esta vez dándose la vuelta para regresar al hotel en donde el argentino se estaba quedando junto con sus amigos.
─veo que te llevás bien con spreen ─menciona tomás una vez sebastián es abandonado por spreen, quien se excusó con estar cansado después de haber caminado tanto.
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spreeng · · ── - ̗̀ ❪ sproier ❫
Fanfiction⠀el amar a iván, para sebastián, ⠀es como la cálida sensación ⠀de la llegada de la primavera.