Capítulo 9: Todo tiene una razón de ser

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Octubre 2011

El invierno acababa de llegar para quedarse, y por eso las tardes jugando al futbol americano en el parque cercano al colegio se cancelaban hasta el próximo año. Sabía que su madre le echaría la bronca si le veía llegar tarde a casa por estar jugando cuando hacía tanto frío fuera. Desde que su hermana Jina había enfermado, su madre se había vuelto extremadamente protectora con él, apenas podía salir de su habitación más que para ir a clase y comenzaba a estar cansado de estar encerrado. Estaba deseando que llegara el fin de semana, su padre le había prometido una salida al lago para visitar a sus abuelos y aprovechar para pescar, estaba deseando ver al abuelo Hwang le encantaba hablar de deportes con él, le enseñaba sobre carpintería y le dejaba hacer muchas cosas que si su madre lo supiera sabía que jamás volvería dejarle ver al abuelo.

- ¡Hyunnie la cena está lista! -Avisó su madre-

- ¡Ya voy!

Se dirigió a la cocina rápidamente encontrándose con su madre terminando de colocar los platos para ambos y se dio cuenta que aquella noche tampoco los acompañaría su padre. En aquel tiempo sabía que su padre apenas volvía a casa por su trabajo, tampoco preguntaba sobre eso puesto que aún era un niño y no le contarían la realidad de lo que estaba pasando. El invierno pasado todo era diferente, Jina tocaba el piano mientras mamá pintaba sus cuadros, él jugaba al futbol sin que nadie le dijera nada, y su padre siempre volvía a casa a media tarde después de terminar su jornada de clases como profesor en la universidad.

Fue el día de año nuevo cuando todo empezó a cambiar, la nariz de Jina comenzó a sangrar, poco después dejó de caminar, tampoco comía y llegó un día en el que dejó de levantarse de la cama. Él solo observaba sin comprender nada, solo veía como su hermana dejaba de ser quien era, su madre lloraba cuando salía de la habitación y su padre cambió su trabajo en la universidad por una oferta mejor en la farmacéutica Seo.

- Hyunjin, no olvides tomar tus vitaminas junto con la comida – Su madre colocó aquellas pastillas junto a su plato- ¿ya tomaste tu temperatura? Luego voy a mirar el registro.

- Si mamá, ya lo hice -Respondió con desgana- Estoy bien, no necesito esto.

- ¡Hyunjin! -Le reprendió- No estás bien de salud, las medicinas son necesarias, tu padre está trabajando muy duro para conseguir estas pastillas.

Ignoró tanto como pudo aquel discurso que ya conocía de memoria y siguió comiendo hasta terminar su cena. Aprovechó que su madre se levantó de la mesa para esconder aquellas píldoras de color blanco en el bolsillo de su pantalón y se levantó para llevar sus platos al lavavajillas.

- ¡Ya acabé! -Avisó dirigiéndose de nuevo a su habitación-

Si tan solo pudiera irse a vivir con sus abuelos lo haría sin dudarlo. Ese era el único pensamiento que tenía en su cabeza mientras preparaba sus libros para ir a clase mañana. Casi era el momento de irse a dormir, sabía que su madre no tardaría en aparecer para asegurarse de que estuviera dormido, así que tenía que darse prisa para dejar todo listo e irse a la cama. Estaba de camino al baño para lavar sus dientes cuando unas voces procedentes del salón llamaron su atención.

- Te lo digo enserio Yura – Era la voz de su padre sin duda, había vuelto a casa- Con este nuevo medicamente podremos curar a nuestra hija, solo necesitamos un sujeto de prueba que coincida con las características genéticas de ella, así estaremos seguros.

- ¡Dios mío! – Podría jurar que su madre estaba llorando- ¡Mi niña! ¡Mi pequeña! ¿De verdad va a despertar?

- Lo hará, solo tenemos que probar la medicina, el prototipo final y analizaremos los efectos para poder usarla en Jina.

Su cabeza estaba intentando procesar las palabras entre sus padres. De repente sintió miedo, no estaba seguro allí mismo, tenía que irse de esa casa o sentía que no volvería a abrir los ojos jamás. Volvió tan rápido como pudo a su habitación y sacó las cosas que antes estaban en su mochila para colocar unas prendas de ropa, necesitaba dinero, no le gustaba coger cosas ajenas, pero era necesario en aquel momento. Entró en la habitación de Jina, ahora inhabitada, y se acercó al escondite donde su hermana tenía guardo bastante dinero, le dolía recordarlo, había estado ahorrando dinero para comprar un nuevo piano por su cumpleaños, pero ese día terminó entrando en un hospital del que nunca volvió a salir.

- Lo siento Jina, prometo devolverlo algún día -Dijo cerrando la tapa del bote dejándolo nuevamente en su lugar-

Cogió unas botas viejas que guardaba en un armario del pasillo para no acercarse a la entrada de la casa, y sin pensarlo mucho más salió por la ventana de su habitación intentando no hacer ruido para no llamar la atención de sus padres.

- Necesito buscar al abuelo Hwang -Se dijo así mismo mientras corrió alejándose de la casa-






Esa misma noche y a varios kilómetros de aquel barrio humilde, se celebraba una de las cenas más importantes entre la sociedad Seo. Changbin se encontraba nervioso de asistir por primera vez a un evento así, pero ya era suficientemente mayor a los ojos de su padre para poder acudir a los eventos donde se encontraban los adultos de su clan. Nunca le había gustado utilizar trajes de chaqueta, habían sido contadas las ocasiones en las que había tenido que usar uno, y casi siempre había sido en bodas de familiares o amigos de sus padres.

- ¡Changbin! ¡Changmin! – Llamó su padre- Vengan muchachos, es hora de que el mundo conozca a los gemelos Seo. Algún día uno de vosotros será el heredero y nuestro clan necesita conoceros. 



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Pido perdón por ser una actu tan mini, pero es necesario para la historia, esta semana volveré con más capítulos, os loveo

DELIRIUM - MINSUNG +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora