No tenía idea de cuento tiempo había pasado desde la última vez que estuvo parado en su aldea natal, su hogar, Sooga.
Una lástima que sus memorias no reconocieran que ese era el que alguna vez fue su hogar.
Era tan... Ajeno.
Estando parado, enfrente de su hogar en el que alguna vez entrenó como ninja para recuperar su honor, aquellos tiempos en los que ni una sola silaba salía de su boca, aquellos tiempos en los que su rival solía desafiarlo.
Aquellos tiempos en los que una borrosa silueta de alguna chica solía perseguirlo, siente como si la hubiera visto antes, pero ahora apenas puede recordarla.
Ahora, apenas puede recordar a sus viejos amigos.
Cómo extrañaba aquellos días en los que el estaba hecho de carne y hueso, ahora por dentro no era más que un puñado de cables que por fuera simulaba ser un humano.
Todo allí era tan pacifico, tan verde, era mucho contraste con el desértico campo de batalla en el que se había acostumbrado a luchar por dias.
El sabe que alguna vez fue un humano, pero no sabe que fue de su anterior vida.