My dear.

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Amor de mi vida:

Pasaron cuatro días, cuatro días desde que no duermo, días en los que hago todo de forma automática, no encuentro disfrutar de nada, son días en los que a duras penas me levanto de la cama para darle de comer a Tobby, para luego volver a acostarme y adentrarme en mis pensamientos.

Tobby, el también te extraña, echa de menos los cariños que le hacías, le hace falta tu presencia para acurrucarse entre medio de nosotros y molestarnos mientras intentábamos dormir.

Estoy de vacaciones de los streams , han pasado apenas cuatro días y ya varios de mis papuritos me han mandado sus cariños, sus saludos, algunos mensajes de “Te echamos de menos, esperemos que puedas volver, cuando estés lista, te queremos mucho”

Siempre te gusto que me dedicará a los streams, lo que me gustaba, me prestabas atención cuando te contaba alguna cosa que había sucedido en el stream, y me solías decir que ser streamer era mi destino, porqué siempre alegabas que soy muy amable, que soy la clase de persona que adolescentes deben tomar como ejemplo.

También me acompañabas cada que podías en los streams, alegrando a todos los que veían los streams. O solamente te quedabas viendo mientras jugaba.

Aunque, siempre que me acompañabas en los streams, simplemente  terminábamos entre besos y bailando al ritmo de la música que elegías, como si fuera una pista de baile.

Siempre me apoyaste en todo, desde las pequeñas cosas en los streams, hasta defenderme de las tantas polémicas en las que estuve. Y eso es algo que me hizo feliz, siempre supiste lo difícil que era para mí lidiar con el hate de la gente,

Pero ahora solo miro hacia atrás y solo encuentro dolor, así que, aquí estoy hoy, mirando atrás una última vez para poder seguir adelante, está carta es algo que necesito para cerrar la etapa, porque, al fin y al cabo, mi respuesta fue un no.

Ese día, recuerdo, íbamos a tener una cita en tu casa, sin embargo, inmensa fue mi sorpresa cuando, mientras estábamos en el balcón, aparecieron nuestros amigos y amigas, y tú familia.

Recuerdo ver una sonrisa especial y cómplice en ti y en tu madre, y tus ojos brillaban como cuando éramos unas adolescentes y me declaraste tus sentimientos.

Nuestro grupo de amistades siempre subsistir, siempre estuvieron ahí. Aunque, pronto tendrán el descaro de llenar de nuevos recuerdos los lugares en los que estuvimos. Y no creo que lo mencionemos.

Y cuando comprendí lo que pasaba, empecé a sentir algo en mi estómago, ojalá hubieran sido mariposas, como las sentí cuando nos conocimos, o cuando empezamos nuestro noviazgo.

Tal vez si hubieran sido mariposas en mi estómago, hoy estaría escribiendo una carta de invitación a nuestra boda, y no está carta de mi despedida.

Pero, cuando te levantaste del asiento y me ofreciste tu mano para bailar, comencé a dudar.

Todas las personas presentes nos miraban, porque ellos sí sabían lo que pasaría a continuación. Ahí supuse que se lo habías dicho a tu familia y nuestro íntimo círculo de amistad, no lo pudiste mantener para ti mismo, de la emoción, me atrevo a pensar.

Vi la botella de champagne que tú hermana había comprado, aunque nadie celebró.

Porque solté tu mano mientras bailábamos, te deje allí en el balcón cabizbaja y triste, con el anillo de tu madre en tu bolsillo, con mi foto en tu billetera.

Champagne Problems | RivAri Donde viven las historias. Descúbrelo ahora