Capitulo 3

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Cellbit se quedó mirando fijamente a Roier sin darse cuenta.

Ésto mismo hizo que Roier hiciera una mueca de preocupación, ya que Cellbit estaba mirándolo tan fijamente con sus ojos azules que lo ponían un poco ansioso, sin embargo no demostraba dicho acto. Optó por pasar su mano levemente enfrente de aquellos ojos azules.

—¿Estás bien?—Preguntó Roier.

—¿Eh?—Cellbit pregunta algo desconcertado hasta que se percató de lo que estaba haciendo—Ah… si estoy bien, solo estaba divagando un poco, no te preocupes por eso.

Roier solo lo miró sin mencionar nada, dejando un silencio largo en la habitación en la que estaban, ésto provocó que Cellbit se pusiera nervioso y ansioso por no poder decir nada y hacer el momento menos incómodo, pero justo cuando iba a decir algo, Roier habló primero.

—¿Entonces, te ayudó a cocinar?

—Si tanto insistes, vayamos a la cocina.

Cellbit procedió a caminar hacía la cocina, Roier caminaba detrás de él, sin antes quitarse el saco que llevaba puesto, ya que en el departamento hacía algo de calor.
Es castaño de ojos azules noto que Roier se quedó atrás y vió fijamente como Roier se quitaba su saco, pero a su vez se percató de que lo miraba muy fijamente cayendo en el error de antes, entonces desvío la mirada antes de que Roier lo notará, dirigiéndose a sacar los ingredientes para el espagueti.

Roier puso su saco en el respaldo de una de las sillas del comedor, para después dirigirse hacia Cellbit para ayudarle.

—¿Solamente espagueti? —Cellbit preguntó para romper el silencio que se volvió a provocar.

—No lo sé, ¿Tienes alguna otra cosa para preparar?

—Hmm… Creo que tengo algunos vegetales para hacer una ensalada, ¿Lo acompañamos con ensalada?

—Como gustes. Te ayudaré igual.

—Entonces tú haces la ensalada y yo el espagueti, ¿Te parece bien?

—Si.

Cada uno prepararía lo que les tocaba, Cellbit el espagueti y Roier la ensalada. Todo volvía a estar en silencio, esto comenzaba a poner nervioso a Cellbit, se sentía abrumado por el silencio pero no sabía cómo terminar con él, así que empezó a pensar y pensar, recordando el café que dejó en la cafetera antes. Entonces decidió preguntar y de ahí sacar un poco de conversación.

—¿Te gusta el café?

Roier volteo a mirarlo y le contestó—Si, aunque no soy muy fan del café, pero me gusta—

Cellbit no dijo nada más y tomó dos tazas y vertió el café en ellas, acercandole una taza roja con un diseño de spiderman a Roier junto con un recipiente que contenía azúcar, diciéndole:

—No se como te guste el café, con o sin azúcar, a mi no me gusta con azúcar.

—Me gusta el café con azúcar, gracias.

—Lo supuse, luces como alguien que le gusta el café con azúcar.

—¿Si? ¿Por qué?

Cellbit se percató que había dicho eso en voz alta, sus orejas se pusieron rojas, pero Roier no podía verlo, ya que Cellbit tiene el cabello largo.

—Oh, lo digo porque no hay muchas personas que les guste el café sin azúcar como a mí, ya que les es muy amargó y bueno el que mencionaras que no eres muy amante del café me lo confirmo.

—Ya veo, lo tomo con azúcar por costumbre.

—¿Por costumbre?—Pregunto Cellbit inclinando la cabeza.

Roier lo miró sin decir nada, porque no sabía si debía o no hablar sobre su vida personal con éste hombre. Al final, después de pensarlo algunos segundos, Roier se decidió por contarle.

—Cuando yo era un niño, Maximus tomaba café y siempre era con azúcar, por eso es un hábito tomar el café así, no lo he probado sin azúcar.

Cellbit abrió mucho los ojos ante ésto mientras su corazón latía más rápido, Roier había dicho algo más que respuestas secas y cortas.

—¿Maximus te crío?—Pregunto Cellbit, para no romper la conversación.

—Si, nos crio a mi hermana y a mi.

—Ya veo. ¿Te puedo hacer unas preguntas?

—Depende, si se trata sobre la vida personal de Maximus, no. —Respondió Roier.

—Oh no, eso no. Otra cosa.

—¿Qué es entonces?

—¿Por qué tu hermana se refiere a Maximus como "Mi Señor"? ¿Y tú por qué no?

—Sobre eso, no lo sé exactamente, pero supongo que Melissa lo llama así porque no confía en ti.

—¿Y tú?

—¿Yo? Bueno, le soy leal, pero él no nos ha pedido exactamente que lo llamemos de ésa forma, solo son maneras de mi hermana.

—Entiendo, pero, ¿Tú confías en mí?—Preguntó Cellbit con una sonrisa en su cara.

—Si lo hago o no, no importa, no puedes hacer nada contra mí ni contra Maximus. Así que no tendría porque tratarte como mi hermana lo hace.

Ante está última respuesta, se desvaneció la sonrisa de Cellbit, y solo desvió la mirada por un momento.

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