↳ ❝ [ 02 ] ¡! ❞

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Sus muslos dolían ante el constante movimiento del caballo ante su trote, y su cabeza retumbaba ante el constante ruido que parecía martirizarlo.

Su pequeño cuerpo no puede ante tanta presión. Con el aliento del Alfa por su cuello y la mano de éste sobre su cintura, atrayendo sus curvas hacia atrás.

No supo en qué momento, pero cayó dormido sobre el pecho de aquel extraño Alfa, que por lo que sabía, sería ¿su Alfa? No, él sería el Omega de ese Alfa.

Pasaron interminables horas ante los frecuentes ruidos y palabras que se oían ante tanto alboroto.

—Comparte a la puta. —escuchó aún manteniendo sus ojos cerrados, intentando ignorar las palabras de los hombres.

—¡Sí! Lo que es del Rey es del pueblo. —grito otro. Parecían bromear, pero también parecían hablar con la verdad.

—¡Callense! ¡No dudaré en cortar sus manos si es que alguno se atreve a toca lo que no es suyo! —escuchó el fuerte grito del Alfa. Sintiendo la vibración del pecho del contrario regirse.

Se resignó en llorar en silencio, pero su aroma delator no pudo esconderse de las fosas nasales del Alfa, quien ignorando aquello seguía con la frente en alto dirigiendo su vista a su camino.

Aunque se limitó a acariciar el muslo del Omega que sollozaba en un silencio aplacador, haciendo estresar a su Alfa. Libero algunas cuantas feromonas para el pequeño.

Taehyung sabía que el Omega era mudo, el Rey se lo había dicho ¿Cómo había aceptado una tregua por un Omega mudo?

Pero...ese día. Antes de la primavera, cuando se dirigió por primera vez al palacio de Verne para hablar con el Rey, lo vio en el jardín, era el pequeño Omega de orbes azules como el cielo y cabello de cobre. Lo vio sonreír mientras que con movimientos delicados acariciaba una flor.

Su Alfa rugió, lo relamó. Y obviamente lo tendría.

No paso mucho tiempo apar que el Omega cayera en un sueño profundo.

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El campamento se diviso a lo lejos, dando por hecho que el largo viaje había acabado. Diez horas a caballo. El amanecer se sentía llegar, y con el cielo azulado y amarillento por su espera.

Había seguido su camino toda la tarde y noche, sin parar.

Jungkook abrió sus cansados párpados al dejar de sentir el calor que lo rodeaba.

—Hemos llegado. —escuchó la gruesa y profunda voz que había memorizado ante la oscuridad del viaje.

Frotó sus ojos con sus delicadas manos, mostrándose tierno ante el imponente Alfa que parecía verlo como una presa.

Las mismas manos qhw había estado en sus caderas por largas horas volvieron a su posición, bajándolo del caballo pero sus pies no tocaron el suelo por que el Alfa aún lo cargaba.

Sus temerosos ojos se dirigieron hacia el rostro del mayor, definiendo por primera vez la belleza del hombre ojiverde que con grandes hebras de cabello azabache trenzados de par por ciertos lugares, se mostraba indiferente ante él.

Por instinto se sostuvo del cuello del Alfa, pasando sus delgados brazos por éste. Al rizado ni siquiera pareció importarle aquel gesto. Simplemente dirigió su camino al interior de uno de los muchos campamentos del lugar, al más grande para ser específicos.

↳ 𝐅𝐈𝐄𝐑𝐂𝐄. ㅡᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏ ༉‧₊ 🍓✔️ 【𝑨𝑫𝑨𝑷𝑻𝑨𝑪𝑰Ó𝑵】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora