Es lo que pensé mientras tú me hacías un lazo en aquel top blanco que tanto me gusta. Quería que aquel momento durase aún tres días más, pero si me demoraba unos pocos minutos más, perdería el tren.
Cuando terminaste (antes de lo deseado), me acerqué a mi amiga y le pregunté si estaba lista. Obviamente, no me respondió: era una maleta. Dentro llevaba un trozo de muralla, solamente. Pesaba bastante, como cualquier roca vieja. Pero me servía como arma ante cualquier ataque emocional que tuvieras en mente.
¿Me iba con pena? No. ¿Me iba sin pena? No. Simplemente, me iba. ¿O quizás era la roca la que también me protegía de la pena? Me pregunté, mientras me dirigía hacia el tren de tu mano, si el hecho de no sentir pena me preocupaba o si me preocupaba la pena que podía llegar a sentir.
Me fijé en que me dijiste adiós y no miraste hacia atrás. Pero yo sí. Como siempre, iba antes de la hora. Como siempre, mi maleta ni siquiera llevaba candado. Robar un trozo de muralla no tiene mucho valor.
Lo pensé durante unos minutos. Demasiados minutos, pues cuando me asomé a la puerta del tren, tú ya estarías probablemente llegando a tu domicilio. Me encogí de hombros. Supongo que debía guardarme lo que quería decir en el cajón de mi mesita de noche en cuanto llegase a casa.
El viaje fue tranquilo, como siempre. Puede que incluso cabeceara un poco. Me pregunté, ya al salir del tren sin tu mano, si el hecho de no sentir pena me preocupaba o si me preocupaba la pena que podía llegar a sentir.
Los días se han ido sucediendo. Las ideas han encontrado patas para pasearse por mi nueva habitación y ordenarse donde más les place. La mayoría ha preferido guardarse en el armario, donde no las veo. Tampoco veo ni el deseo, ni el estrés, ni la tristeza, ni la emoción, ni la alegría. No sé si se guardaron también en el armario o si las diluí en la sopa que hice el otro día.
El invierno, además, está llegando. Ahora me pregunto, con las manos frías, si el hecho de no sentir pena me preocupa o si me preocupa la pena que puedo llegar a sentir.
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Vísteme despacio que tengo prisa
Non-Fiction''Es lo que pensé mientras tú me hacías un lazo en aquel top blanco que tanto me gusta. Quería que aquel momento durase aún tres días más, pero si me demoraba unos pocos minutos más, perdería el tren. ''