↪⌠𝙴𝚜𝚝𝚘𝚌𝚘𝚕𝚖𝚘⌡↩-⋆-Ⓡⓞⓓⓡⓘⓒⓚⓘⓣⓨ

◆-Día 6.-◆〔⁸〕

Ayuda, no puedo sacarme la canción de la mente, no es que me guste, sino que la llevo escuchando un montón en YouTube, #Ayuda.

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Quackity al despertarse, y ver a su lado pudo visualizar la presencia de un castaño, y, ¿quien más que su castaño 'preferido'?

—– ¡Despierta, cabron! , ¡es hora de levantarse!—– Sin embargo Rodrigo seguía durmiendo, tenía un aspecto un poco lastimero, sus ojeras yacían rojas, su nariz estaba ligeramente cambiada a un color rojizo, su piel yacía más blanca que de costumbre, su cuerpo estaba ligeramente frío... Y si, ¿de casualidad, Rodrigo estaba...?

Quackity se abalanzó contra Rodrigo queriendo despertarlo, en un intento desesperado puso su mano en la mejilla del contrario intentado hacer que se despertara, al ver que eso no funcionaba entro en pánico, pequeñas gotas de tristeza y arrepentimiento empezaron a salir de los ojos oscuros del azache.

Se quedo unos segundos inmóvil, con los ojos fuertemente cerrados, sin querer ver al castaño, aún seguía arriba de él, pero esta vez sin tocarlo, tenía sus dos manos sosteniendo lo de no caerse arriba del cadáver, de su, para el 'Casi algo'.

Sintió como unas manos le tocaron las mejillas, eran unas cálidas manos, abrió sus ojos, los cuales estaba ligeramente teñidos de un rojizo, y con un brillo miro con sorpresa lo que tenía enfrente suyo.

—– ¿Por qué estás llorando, Alexis? —– Preguntó el que supuestamente estaba 'muerto', mientras aún con sus dos manos agarraba las mejillas del azache, quien lo miraba con asombro y ojos llorosos, lo cuál le dio una extraña sensación al castaño, algo que golpeó ligeramente su corazón.

—– Es que... Yo... Tu... Muerto... Y-y yo sorprendido... Despertarte... —– Trato de explicar como, olvidándose algunas palabras mientras hablaba, aún con lágrimas en los ojos, escondió su cara en el pecho del contrario, quien le acariciaba la cabeza y le decía que se calmase.

Hubo un largo, y cómodo silencio, en el que sólo se escuchaba como el mayor se lograba tranquilizar.

Rodrigo a este punto no entendía nada, ¿quién lo hubiera pensado? Aquel chico 'malote' que lo había secuestrado y amenazado, se encontraba intentando buscar consuelo en su pecho, mientras lloraba como un dulce niño chiquito, simplemente sorprendente, ni el mismo Rodrigo que estaba viviendo en carne y hueso propios podía creer eso, si se lo llegarán a decir, posiblemente se reiría a carcajadas y diría que se medicaran, pero esto en verdad estaba pasando, que locura.

—– Ey, no te duermas, tengo hambre.—– Trato de despertar al pelinegro, pero de nada sirvió, ya sin más remedio, lo separo de su pecho y se fue de la habitación, bajando las escaleras de aquella mansión deshabitada se encontró con muchas puertas y cuartos los cuáles no conocía.

Sin más al no tener a donde más ir, entro en ellos, hasta que llegó a la puerta principal, sin más la abrió, no sin antes dejarle una nota a Alexis, diciéndole de que iba a volver, y que lo esperara con el desayuno.

Camino y camino no se iba a perder, ya que, conocía las calles, no lo había llevado muy lejos.

Escucho unas voces que lo hicieron salir de sus pensamientos, eran Tomás, e Ivan, estaban discutiendo.

Si, discutiendo en medio de la calle, se notaba que les encantaba la atención, no les presto ni un minisegundo de atención, simplemente siguió con su camino en dirección a una plaza que quedaba cerca.

Se centro en sus pensamientos hasta que escucho nuevamente esas molestas voces que tanto conocía.

Tomás e Ivan, la 'parejita perfecta', Ivan alto y musculoso, perteneciente a un equipo de fútbol, y Tomás con una cintura que era la envidia de muchas chicas, un poco más de trasero que las chicas, y chicos, junto con su aspecto inofensivo y su estatura, la pareja 'perfecta' para un 'chico rudo', un completo chicle gringo, la típica chica fresa rubia teñida, que enamora al capitán del equipo de fútbol.

Lastima que a Ivan ni siquiera lo ponían en la portería para jugar, sino en el banco, y a Tomás no lo querían ver usando pollera/falda, ya que, se le veía dichosa cosa que a algunas personas no les gustaba ver, y no es el trasero.

—– ¡ENTONCES ANDATE CON LA PERRA DE CARRERA SI QUERES A ALGUIEN 'FACIL',—– Gritó la pareja del de pelo negro alto, mientras que dichoso castaño escuchaba todo, después de escuchar su apellido salir de la boca de su bullying.—– ¡YA ME TENES HARTO, IVAN, YA VAN 4 VECES QUE ME ENGAÑAS, ENCIMA CON CHICOS DISTINTOS, Y NO DOS, SINO QUE SEIS CHICOS! ¡SEIS IVAN, PRIMERO CON LA ZORRA VENDIDA DE ROIER, DESPUÉS CON EL GRINGO PUTO DE KARL, Y AHORA CON COSCU, TU JODIDO AMIGO DE LA INFANCIA, IVAN SOS UN CALENTURIENTO DE MIERDA! —– El de pelo negro al ver que su pareja no se calmaba, decidió la opción de hacerlo calmar a la fuerza, como una buena pareja haría, se posiciono enfrente de él, con ambas manos le sostuvo la cabeza de manera gentil, mientras sonreía y lo miraba con delicadeza, y ¡Zas! Le metió un rodillazo en la cara, no iba a dejar que hablara así de sus amantes.

—– No jodas, estúpido, no te hagas el malo levantándome la voz, todos sabemos que sos un maricon de mierda que le anda regalando el culo a cualquiera, zorra de porquería.—– Rodrigo miraba incrédulo aquella escena, Ivan era un completo maniático, lo peor, es que el seguía pateando lo aún cuando Tomás quedó noqueado en el piso por el rodillazo que le dio en la cara.

Rodrigo siguió viendo aquella horrible escena, sin percatarse que de había una presencia al lado suyo.

—– Que barbaridad.—–

—– Pobre chico.—– Rodrigo giro su cabeza para ver quien estaba al lado suyo, no le iba a preguntar quien era, le iba a preguntar si, siquiera conocía a Tomás y su horrible actitud.

Pero al ver a aquella persona, se dio cuenta de inmediato quien era, cabello oscuro, piel casi blanca, largo pelo, y su característico gorro, Alexis...

El contrario al ver que Rodrigo quedó atónito al verlo, giro un poco su cabeza, haciendo que ambos conectarán miradas.

—– Hola... Jaja, esta el lindo que clima hoy —– Dijo con nerviosismo mientras trataba de no mirarlo, una de las reglas que le había puesto Alexis era no salir de la mansión, y el salio, seguramente el se había enojado, así que era mejor actuar normal, así no se enojaba más.

—– Jaja, si.—– El de gorro cerró los ojos, e hizo una sonrisa forzada, ya que, se encontraba un poco enojado con el incumplimiento de una regla suya, por parte de Rodrigo.—– A todo esto, me podrías decir, ¿Por qué saliste, sin mi permiso?

Fin.
1095 palabras. <3