CAPÍTULO 1 (primera parte)

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Contemplaba la calle vacía inundada por la oscuridad de la noche, mientras sentía que el agujero en mi interior se hacía cada vez más grande. Apoyada en la repisa de la ventana, sosteniendo una taza de té caliente entre mis manos, que parecían muertas, mientras el frio aire de invierno se colaba por la ventana y acariciaba mi pelo.

Después de echar una vista atrás y contemplar a mi madre acurrucada entre mantas, hundida en un profundo sueño, decidí que era hora de irse a dormir. Últimamente no dormía demasiado, la verdad esque prefería aprovechar las únicas horas libre del día para leer, dibujar o simplemente dejar que mi mente viajará, sin tener que preocuparse por el mundo real que me rodeaba. Cerré la ventana y de camino a mi cama le di un beso en la frente a mama, cambie de idea y me tumbe a su lado, el movimiento de las sabanas la despertó y con una amplia sonrisa me hizo un gesto indicándome que me acercará a ella, me acogió entre sus cálidos brazos casi ausentes de vida últimamente y me envolvió en mantas, mientras yo la miraba y undia mi cabeza en su pelo antes de quedarnos dormidas, pero esta vez con una sonrisa en la boca.

Un horrible sonido me arranca de mi sueño, de un golpe apago ese dichoso despertador mientras abro los ojos con dificultad, pues mis pestañas están pegadas a causa de las legañas. Miró por la ventana y el sol aun no a salido, el despertador marca las cinco de la mañana, mientras lanzó un suspiro y miro al techo me conciencio de que un nuevo día empieza. Tapó bien a mama y me dirijo a la cocina con el objetivo de preparar el desayuno, para no salir de mi rutina preparo unas tostadas y te, mientras el agua se calienta voy a vestirme. Me planto delante del armario, una vez lo abro y veo lo vacío que esta me pregunto si es necesario ese monstruo de mueble para un par de tejanos negros y unas cuantas camisetas, me pongo unos tejanos negros, como no, y decido que la camisera de hoy será verde, me calzo mis fieles converse y voy a ver como va el desayuno ya que la tetera me pide que la saque del fuego, con un chirrido poco agradable y el olor a pan tostado me indica que ya está listo el desayuno, unto un poco de mermelada a las tostadas y pongo el agua en unas tazas con sus respectivas bolitas de té.

Me giro hacia mi madre que se a despertado y esta incorporada en la cama, como habréis podido averiguar mi piso no es que sea especialmente grande, la verdad esque tengo que dar gracias de tener cuarto propio. Lo pongo todo encima de la mesa y mi madre se sienta conmigo a desayunar, se hace largo ya que ninguna de las dos habré la boca para soltar ningún tipo de sonido. Termino, recojo y voy al baño para prepararme antes de irme a la universidad, me lavo los dientes la cara y mirándome al espejo me pregunto que are hoy con lo que parece ser un nido de ardillas sobte mi cabeza, recurro a lo de siempre y me hago dos trenzas que no quedan especialmente largas y que me dan un toque más infantil. Antes de salir de casa me equipo con lo único que podría hacer que no pasará desapercivida, mi pintalabios granate. Lo cójo y me pongo una considerable cantidad en mis finos labios antes de cojer la mochila y salir de casa.

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